Navego en la oscuridad,
en la soledad
de mi propio mar.
Lunes, 1 de abril de 1912.
— Eres un tramposo.
— Simplemente soy mejor que tú, Agoney. No te sulfures que te salen arrugas. Jaque Mate. — Raoul se levanta de la silla con una pequeña risa y rodea la mesa para situarse junto al moreno. — A veces el alumno supera al maestro.
— No te aguanto. — Agoney resopla y se desabrocha el chaleco, dejando que su camisa se abra ligeramente a la altura de su pecho.
Raoul respira hondo y aparta la mirada de esa zona antes de que nadie se dé cuenta.
— ¿Quieres la revancha?
Niega y se levanta para quedar, quizás, demasiado cerca del rostro ajeno.
— Glenda tendrá la cena lista en seguida. ¿Te quedas? — Pregunta, más por cortesía que por dudar la respuesta.
— Claro.
Nota cierto temblor en la voz del rubio, así como en el resto de su cuerpo, y frunce el ceño.
— ¿Tienes frío? Voy a por un poco más de leña.
En cuanto Agoney sale de la casa, Raoul entra a la cocina para encontrarse con Glenda.
— Espero que hayas escondido los cuchillos. Me va a asesinar. — Se acerca a ella por la espalda y apoya la frente en su hombro. — La niña se va a quedar sin padre antes de nacer.
— Pareces muy seguro de que va a ser una niña.
— El otro día soñé con ella.
En los brazos de Agoney.
— Ah, ¿sí? ¿Y ya has pensado algún nombre?
— Sí. Alicia.
— Como...
— Como tu madre. — Raoul asiente y besa la frente de Glenda segundos antes de que su hermano entre por la puerta.
Este frunce el ceño al verles, pero no tarda en disimularlo.
— ¿Necesitas ayuda? — Ofrece apoyándose en la encimera.
— No te preocupes. Id sentándoos a la mesa, ahora voy yo.
Los hombres hacen lo que les pide en un silencio que Agoney no entiende y Raoul teme romper.
Glenda llega con la cazuela de estofado y la coloca en la mesa, entre los tres platos. Sirve primero a su hermano, después a su mejor amigo y finalmente a sí misma.
Agoney sigue preguntándose por qué ninguno de los dos habla. Comparte mesa con ellos prácticamente todas las noches y es la primera que siente cierta incomodidad.
— Está riquísimo, Glenda. — Rompe el silencio tras probar la cena.
— Estoy embarazada. — Es lo que le devuelve su hermana.
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Barco de Papel | Ragoney
FanfictionAbril de 1912. Raoul y Glenda son mejores amigos desde que ambos tienen uso de razón. ¿Qué pensará Agoney cuando su hermana se quede embarazada?