Confort.

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➝ Oneshot smut +18.➝ Hurt/Confort - fluff.

➝ 19/01/2021.➝ Canción: As the world caves in – Matt Maltese.

―¿Quieres que ponga música?

El susurro era la única luz en la habitación, hipnotizante para el pelirrojo. La chaqueta fue dejada en el olvido del suelo, sin consultárselo, cuando el más bajo regresó a su lado. La melodía dio comienzo y cerró los ojos, hundiéndose.

"Mis pies duelen, y tú espalda está bastante cansada.
Y hemos tomado unas cuantas botellas, bebé.
Y dejamos nuestra pena de lado."

No existía lugar para los pensamientos, ni deberes o preocupaciones. Diluc se aferró a la fría espalda, estremecido cuando las manos del adverso fueron recorriéndole, con una imponente contradicción entre el hielo y el calor.

Atacó la boca del ocupado peliazul, que buscaba desvestirlo de la forma más paciente y desmeritada. El néctar del alcohol y sus propios aromas se removían en la boca del estómago, causándole inquietud y una conocida paz.

"Los periódicos dicen que es el día del juicio final, el botón ha sido presionado.
Vamos a bombardearnos unos a otros, chicos, hasta que el viejo satanás quede impresionado."

Kaeya siempre fue una persona confiable en sus acciones, como colocar las melodías que liberaran los pesares de la persona que acuñaba en sus brazos. También, daba créditos a que sabía como confortarle, sabía donde tocar, donde besar y acariciar; para encenderlo, para que sea suyo una noche más.

Sonreía junto a la canción, tan apocalíptica y no tan alejada de la realidad que los rodeaba. Pisó el propio abrigo que cayó a sus pies al adelantarse, buscando aferrarse aún más a la otra persona, siendo imposible.

"Y aquí está, nuestra última noche con vida.
Y mientras la tierra corre al suelo.
Oh, chica, eres tú con quien me acuesto, mientras la bomba atómica se abre el paso.
Oh, eres tú con quien veo tv mientras el mundo... Mientras el mundo se derrumba."

―¿Chica? ―jadeó sobre los labios adversos el rojizo, deteniendo el movimiento de sus manos: concentradas en despojar las prendas inferiores del más bajo.

―Sólo concéntrate en mí, Diluc ―demandó, aguantando la risa ante el tono empleado por el adverso, embriagándose en ternura y paz.

Terminando con la laboriosa tarea de desvestir a ambos, Kaeya se permitió unos segundos en palmar y memorizar con el frío tacto, el esbelto cuerpo inmerso en la oscuridad. Podía imaginarlo, tiñéndose del mismo color que el cabello en señal de vergüenza; también, podía sentirlo, temblando en nerviosismo, sólo un poco, apenas...

"Te pones tu traje final, yo me pinto las uñas.
Oh, saldremos con estilo bebé, y todo está a la venta.
Nos arrastramos a la extinción y te tiro de los brazos.
Lloro, y digo buenas noches amor, mientras mis órganos lo encierran."

El alto fue tomado por unos fuertes brazos que lo levantaron un poco del suelo, enseñando la gran fuerza que mantenía oculta y reservada al resto. Un orgullo que mantenía siempre latente en los momentos que pasaba con Diluc, demostrándole que no era ningún debilucho, que podía cuidarlo todas las noches.

Si sólo se lo pidiera...

Dio unas vueltas en la habitación, envuelto con brazos y piernas alrededor de su flaco cuerpo. Viajó una de las manos hasta el rojizo pelo, desprendiendo la coleta que aprisionaba su larga cabellera en un aburrido peinado.

"Y aquí está, nuestra última noche con vida. Y mientras la tierra corre al suelo.
Oh, chica, eres tú con quien me acuesto, mientras la bomba atómica se abre el paso.
Oh, eres tú con quien veo tv mientras el mundo... Mientras el mundo se derrumba.

El fuego entre nosotros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora