《Hoy va a ser un buen clima decían, no hay necesidad de traer paraguas decían.》
Pensé molesto intentando salvarme de la lluvia con la capucha de mi sudadera con el símbolo del chapulin colorado, ¿apoco el agua no contaba con mi astucia?. Aunque de todas formas ya estaba cubierto de agua de la cabeza hasta los pies, a la próxima ni voy a salir. Observe mi alrededor por precaución para no toparme con nada que me pueda robar o madrear. Lo bueno es que las calles estaban demasiado solitarias, ni los malandros no están tan pendejos como yo para robar en la lluvia por la noche.
Decidí caminar a paso seguro, ya estaba mojado y no había nadie a mi alrededor, así que ¿para que molestarme en apurarme? Y más importante aún; ¿Por qué no me quede con mis hermanos cuando me ofrecieron un cuarto pa' mimir? Mire al cielo esperando una respuesta de cristo rey, lo único que vi fue un montón de estrellas parpadeando inusual mente rápido, seguro las muy cabronas se burlan de mi.
"Meow"
No mames, ¿también los gatos se burl-? ¡Eh wey un michi!
Como todo un pendejo me quede quieto y mire de nuevo mis alrededores para poder distinguir de donde venía el maullido, ¿Por qué? Pues ¿quien soy yo para dejar que un gatito pase frío y se moje? No mamen, el gato debe estar peor que yo.
"Meow Meow. "
Si mi rey, ya te escuche fuerte y claro.
El maullido venía desde uno de los basureros, ya saben esos que son de la talla perfecta para meter un cuerpo humano en descomposición, tal vez por eso se escuchaba como un eco del maullido. Mas les vale que no haya una bolsa de gatitos muertos ahí, porque entonces me convertiré en un john wick pero con gatos, primera advertencia. Me dirigí hacia el basurero, y de una vez abrí la tapa de color verde militar de este, algo difícil por el hecho de que mis manos estaban más mojadas que las de un jugador de LoL. Con sólo abrirla aquel gato empezó a maullar más fuerte que antes, a pesar de la oscuridad sus ojos azules aún brillaban fuertemente, apenas podía distinguir su pelaje, era de color un color blanco algo gris por la suciedad en la que estaba metido. Arriesgue mi mano y lo toque con un dedo anular su cabezita rayada, a pesar de estar un poco mojado el gato seguía teniendo un pelaje bien esponjosito.
Al ver que no era una amenaza para mi mano y posiblemente mi cara, lo agarré con mis dos brazos intentando ser lo menos brusco posible, no quería que perdiera su confianza en mi de una forma tan pendeja. El gato era algo pesado por todo el pelo que tenía, pero pude sacarlo fácilmente porque estoy más que mamadisimo.
El michi me miró con sus ojitos todos azulitos, intenté verificar si tenia un collar para poder ir hacia el dueño y darle un madrazo por dejar a un gato en medio de la calle en un basurero, afortunadamente no tenía uno.
Ya esta, este me pertenece.