-Con la luna observando-

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La cálida sensación de aquellos labios carnosos, suaves y cargados de una pasión inmensurable sobre los suyos, fue suficiente para despertar todos sus sentidos en tan sólo un segundo. La llama de su corazón, que yacía apagada en su ausencia, se encendía con recelo en cada caricia; hasta el más mínimo contacto hacía erizar su pálida piel.

Y es que aquella humana tenía algo especial: sólo ella era capaz de sacar su lado más salvaje, que permanecía oculto ante todo el mundo durante la mayor parte del tiempo; pero esos momentos de intimidad eran la excepción.

Una faceta que era desconocida hasta por ella misma, y que no fue descubierta si no hasta el momento en que la dejó entrar a su corazón enteramente.

–"Miren, por ejemplo, a la señorita Amity Blight, quien ha sido escogida como la alumna estrella de esta escuela por décimo-quinto año consecutivo. Ella, jóvenes, es el vivo ejemplo de cómo deben comportarse. Con madurez, clase, responsabilidad, pero sobretodo, compostura. Esta chica es refinada, es seria... Su carta de conducta ha permanecido impecable durante todos estos años. Deberían aprender un poco de su compañera."– había dicho el director Bump un día, mientras reprendía a algunos alumnos problemáticos.

Una faceta desconocida...

Y es que la "refinada y seria" señorita, ahora sujetaba con fuerza a su amada, agarrándola de la nuca y atrayéndola por la espalda hacia ella con la mano que le quedaba libre, en un intento por subir la intensidad de aquél húmedo beso, que a esas alturas ya era sumamente apasionado.

Algunas gotas de sudor comenzaban a formarse en la frente de la bruja. La situación se tornaba bastante calurosa, y sus respiraciones se volvían cada vez más pesadas.

En las Islas Hirvientes, de hecho, era temporada invernal; las temperaturas habían bajado drásticamente en los últimos días, y sin embargo ambas chicas habían olvidado por completo que alguna vez sintieron frío.

La sensación que recorría sus cuerpos en ese momento era similar a la combustión espontánea, pero en lugar de provocar un dolor intenso, ese calor que emanaba de ellas ardía en una pasión acompañada por el deseo que sentían la una por la otra.

Y era cierto... Se deseaban con intensidad. El lenguaje corporal no mentía.

La morena soltó un ruido inusual de repente. Fue una forma de hacerle saber a su novia que en verdad estaba disfrutando del momento. Aquello logró activar algo en la mente de Amity que la incitó a subir el nivel de pasión,por si acaso eso era remotamente posible.

Usó ambas manos para tomar el rostro de Luz, no sin antes verla a los ojos por unos segundos mientras se mordía el labio de forma sensual, y en el próximo beso decidió introducir su lengua, de forma tímida al principio, pero luego con total confianza después de que la chica le hubiera dado entrada, y con ello terminó de apoderarse de ella; de su cuerpo, de todos sus sentidos. Estaba a su merced.

Luz, a manera de respuesta, la rodeó con los brazos y la abrazó con fuerza, para después pasar sus manos por toda la columna vertebral de la chica, recorriendo su espalda de arriba hacia abajo, lo cual la hizo sentir como pequeños toques eléctricos, y algunos escalofríos.

Aprovechó también el calor de la situación para bajar lentamente una de sus manos y apretar con timidez el glúteo izquierdo de su novia.
Y fue la peli-verde quien en esta ocasión soltó un pequeño gemido, demostrando que aquello le había gustado bastante.

Luz entendió esta señal, y tocó nuevamente las zonas más sensibles de la chica, pero ésta vez con mayor atrevimiento.

N-No dejes de hacer eso, Luz...– alcanzó a decir Amity, con la respiración entrecortada.

Un Único Testigo- Lumity One Shot [+13]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora