3ER ENCUENTRO

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Chisaki se recargo contra el respaldo de su asiento y de reojo miro el reloj que había en la pared de la habitación en la que estaba. Observo la hora antes de levantarse de donde estaba sentado y sin dudar alzo sus manos a su rostro para quitarse su máscara y ponerse su cubrebocas negro

Ajusto sus guantes y salió de su habitación mientras caminaba por el pasillo de la base atrayendo la atención de sus subordinados. Varios de ellos lo miraron con curiosidad cuando vieron que se dirigía a la salida de la base. Últimamente lo estaban viendo salir mas de lo usual así que estaban un poco curiosos, pero sabiamente se quedaron en silencio simplemente viéndolo

Chisaki los miro de reojo un momento antes de ignorarlos y salir de la base adentrándose a la gran multitud que había caminando por las calles. Una mueca molesta apareció en su rostro mientras caminaba y esquivaba a la gente sin dejar que llegaran a tocarlo

Aumento su ritmo cuando estuvo cerca del parque y casi quería suspirar de alivio al ver que la gente disminuía rápidamente. Escaneo todo el lugar antes de acercarse a la mesa usual donde kagome se sentaba y al verla vacía alzo una ceja. Se acerco a la mesa y se sentó en su asiento usual mientras recargaba su barbilla en su mano

Kagome venía a jugar alrededor de las 3 de la tarde y el había llegado un poco mas temprano de lo usual. Sintiéndose ligeramente tranquilo cerro los ojos un par de minutos antes de abrirlos cuando escucho pasos acercarse hacia él. rápidamente alzo la mirada y vio con curiosidad como kagome se acercaba a el con el tablero de shogi en sus manos y una sonrisa alegre en su rostro

"parece que hoy te toco esperar por mi"

Chisaki asintió levemente mientras miraba como se sentaba frente a el y con cuidado ponía el tablero de shogi sobre la mesa. Le dio una parte de las fichas y sin hablar empezó a acomodar sus fichas mientras kagome también acomodaba las suyas

Sus ojos pasaron del tablero de shogi a las manos de kagome. Inconscientemente miro los suaves movimientos que hacía al mover sus fichas. Sus dedos eran largos y delgados y sus manos eran blancas, sin ninguna mancha o imperfección en ellas

Con cada movimiento que hacía su mirada caía inconscientemente en el movimiento de sus manos. Estuvo tan concentrado en sus movimientos suaves y elegantes que termino perdiendo el partido ese día 

Importante: se actualizan los días miércoles y viernes

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