Parte 10:

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Narrador:

Allí estaban, en una fábrica abandonada a las afueras de la ciudad de Londres, rodeados por un bosque muy espeso, casi todos los aurores del ministerio junto con el ministro y el increíble grupo de amigos ahora inseparables. Kingsley no paraba de repetir el plan para que cada uno supiera que hacer, el plan era totalmente simple que hasta parecía absurdo, pero según las mismas palabras del Ministro, "Los fácil a veces es impredecible para tus enemigos".

Harry y Ginny entrarían a la fábrica (Que muchos años antes habia sido propiedad del ministerio así que seguramente todavia quedan artefactos mágicos adentro) y esperarían hasta que el grupo muerda el anzuelo y en ese momento los aurores atacarian, con un poco de suerte acabarían con el grupo de una sola vez.

A pesar de todas las discusiones que tuvieron los amigos en la madriguera, se terminaron de decidir por colaborar con el plan del ministro, ya que no tenían una mejor idea. Harry estaba sumamente nervioso aunque se esforzaba por no demostrarlo, esperaba que se apareciera Cho porque si la atrapaban a ella el grupo se derrumbaría, pero seguía teniendo dudas y también hubiera preferido que Ginny no estuviera involucrada.

La menor de los Weasley por otra parte sentía ira y más bien quería ver a Cho para darle una paliza al estilo muggle, no sentía miedo porque sabía que iba a poder con ella y aunque estaba al tanto de que Harry si estaba aterrado, no se permitía hablar con él porque sabía que sería inútil, así que simplemente le tomó la mano y la apretó para darle seguridad, los dos eran muy buenos duelistas y podrían contra ellos, Ginny lo presentía, además de que no estarían del todo solos.

--Bueno vamos a dividirlos a ustedes-- dijo Kingsley señalando a Harry y su amigos --Draco y Neville vayan al norte del bosque, Hermione, Ron y Luna supervisen los alrededores y Harry y Ginny preparados, desde aquí entraran solos-- todos asintieron e hicieron lo que Kingsley les ordenó

--Señor ninguna pista del grupo o su líder la señorita Chang-- informó un auror joven llegando junto al ministro

--Bien entonces que empiece el plan-- Kingsley le mandó una mirada a la pareja y ellos empezaron a caminar hasta la puerta de la fábrica

Esta fábrica antiguamente creaba productos de Quidditch, pero por falta de suministros y dinero fue pasada a propiedad del ministerio quien la dejo abandonada y por eso estaba en tan mal estado, ahora solo se conservaba edificio de dos pisos con muchas ventanas, unas que otras rotas y la gran puerta de entrada de madera casi caída y mayormente comida por termitas, por fuera parecía pequeña pero cuando entrabas era absolutamente grande, algo discreto como casi todo en el mundo mágico.

Los dos pasaron y vieron con asombro las oxidadas maquinas que antes creaban artículos del deporte favorito de ambos, y por fin pudieron comprobar lo grande que era, además de que habian muchas columnas y cosas solidas que los cubrirían de los hechizos, en todo caso de que se desate una batalla.

Caminaron un poco y como encontraron unas sillas de madera, resistentes las juntaron un poco más alla de la entrada para estar alerta a cuando llegaran y se sentaron.

Ginny miraba la puerta con desespero, mientras en su mano tenía su varita con fuerza, le desesperaba el silencio pero no podia mantener una conversacion estable con Harry sin pensar en que podría salir mal de todo ese plan, era un poco frustrante. Cuando se acomodó mejor en la silla sintió una molestia en el bolsillo del pantalón, metió la mano sintiendo un pequeño collar que reconoció al instante y un recuerdo se le vino a la mente.

Flashback:

--Ginny creo que deberíamos rendirnos-- le dijo Hermione a su amiga pelirroja, mientras esta buscaba entre los inmensos y gruesos libros sosteniendo el gira-tiempo

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