Atsumu huele a pudín frío recién sacado de la nevera, un tanto gelatinoso e insípido. También se mezcla el olor del desodorante deportivo que se echa todas las mañanas, antes de ir a entrenar, con entusiasmo en el baño compartido con su gemelo, y un ligero toque de jazmín de las hermosas flores que su madre cuida en la cocina mientras se encarga del desayuno.
Suna cree que el olor de Atsumu es extraño. Las mezclas son raras, pero no le desagradan en lo absoluto; de vez en cuando lo siente en los entrenamientos o cuando paran a tomar un helado en la tienda de la esquina, donde trabaja el tío de Ginjima y quien les da descuentos por ser clientes recurrentes en su pequeño pueblo. El aroma de Atsumu tampoco es delicioso, representa mucho su personalidad insoportable e intensa y es por eso que Rintarou dejó de disfrutar comer pudín durante las madrugadas. Cada vez que se encuentra dicho postre en alguna tienda o el refrigerador de su casa —porque el que su hijo no los coma no evitará que su madre los compre. Ella sigue disfrutándolos como una infante en verano—, el rostro molesto de Atsumu escupiendo alguna tontería de su boca suelta invade su mente como una enfermedad, e inmediatamente siente la necesidad de comer cualquier otra cosa, incluso una fruta, antes que ese postre empaquetado.
Y también hay ocaciones donde Atsumu no huele a pudín, o a jazmines recién regados, o a intenso desodorante masculino. Son muy pocas esas veces donde Atsumu Miya, el gemelo de teñidas hebras doradas y dotado de preciosos ojos color caoba, tiene un aroma familiar, completamente distinto.
A veces, casi siempre cuando Rin se queda a dormir en casa de los Miya, o cuando tienen un viaje en autobús hacia un torneo de voley lejos de la ciudad y los hermanos se quedan dormidos juntos, Suna siente el olor de Osamu mezclarsen con el de Atsumu.
Porque pueden ser gemelos, copias idénticas físicamente del otro, pero Osamu Miya no huele para nada como Atsumu Miya.
Osamu más bien tiene como un olor a arroz recién hecho y bien condimentado, con un ligero toque de lavanda que la fragancia del baño de su casa echa cada dos por tres, y perfume masculino costoso que la abuela de ambos le regaló hace varios cumpleaños y no usa con frecuencia, pero que secretamente Rintarou ama.
El olor de Osamu es más tranquilo que el de Atsumu, que es chocante ante los sentidos, mientras el primero pasa más desapercibido si no se huele con atención. Más o menos como los Miya eran en persona.
Y si le dieran a escoger a Suna un solo olor para el resto de su vida, él elegiría el de Osamu.
No es por el secreto amor que intenta esconder entre sus labios delgados, o las miradas disimuladas que oculta bajo sus cansados párpados zorrunos —bueno, quizás sí—, sino por el hecho de disfrutar más su aroma. Él intenta convencerse de que es por eso y no por las intensas ganas que tiene de cerrar sus ojos de a poquito, mientras Osamu a su vez hace lo mismo, y lentamente se dejan llevar entre besos que quizás irían subiendo la intensidad conforme pasara el tiempo, roces de sus manos y suspiros melódicos que guardan por allí palabras susurradas con amor.
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𝐀𝐫𝐨𝐦𝐚𝐬❀ || Osᴀsᴜɴᴀ
FanfictionPorque Suna sabe diferenciar a los gemelos más que nadie, y eso no se debe al tinte de sus melenas o sus personalidades distorsionadas. Atsumu huele a Atsumu. Osamu. Osamu huele diferente, y eso es lo que más disfruta. A͟d͟v͟e͟r͟t͟e͟n͟c͟i͟a͟s͟: ➪Lo...