Every breaking wave

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¿Era aquello una despedida? Tal vez. Ella lloraba, él la abrazaba. Se anunciaba el próximo vuelo por el altavoz del pequeño aeropuerto local. Ya había empacado lo necesario, ya había sacado el pasaje. Ahora solo quedaba esto. Solo quedaba lo peor.

Creyendo inocentemente que el tiempo los acogería, que los llevaría con ellos, habían esperado. Esperaron demasiado, y el tiempo, cruel y frío como es, pasó corriendo a su lado. Y aquí estaban, sincerándose demasiado tarde y despidiéndose demasiado pronto.

Ella moqueaba y sollozaba, abrazándolo como si quisiera aferrarse a su camisa de segunda mano hasta el fin de los tiempos. Él mantenía la mirada vacía en el avión que se la llevaría por siempre. Le pondría una bomba, si pudiera. Incendiaría todo el maldito aeropuerto, solo para evitar perderla, aunque nunca la tuvo realmente.

Hasta aquel momento habían esperado para dejarse ver como en realidad eran. Solo ahí, sus máscaras habían caído y la única verdad había sido aceptada. Se querían, se querían demasiado. Se amaban, aunque eso ya no importa.

— Hey, Leah, escucha. Nos volveremos a ver —Cogió el rostro de la joven entre sus grandes manos— Nos volveremos a ver, Leah, ¿cierto? —la voz del muchacho se quebró al pronunciar aquel nombre— Volverás.

Se separaron, y la joven se enjugó las lágrimas y asintió. Mentir era más fácil, siempre lo había sido.

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