T/N es una chica con una buena vida, nunca le ha faltado nada pero todo da un giro cuando conoce a los Hargreeves, una familia con poderes que cambiarán su mundo. Amor, rencor, decepción y alegría, algunos sentimientos que empezará a conocer a fond...
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Poco a poco comencé a abrir mis ojos, el espantoso sonido de la alarma me indicaba que era un nuevo día y que debía despertar ya. Desvié la mirada hasta el reloj que colgaba en mi habitación, el cual marcaba las 7:00 am y junté fuerzas para no caer rendida de nuevo. Tan solo tengo 15 años, hoy es sábado y una persona o mejor dicho un adolescente normal descansaría hasta media mañana, entonces ¿por qué interrumpir mi sueño un fin de semana? La respuesta es simple, porque soy una Hargreeves, para ser más clara: T/N Hargreeves o Número Ocho como diría papá y mi poder es la tele transportación...
Escucho a muchos chicos, más niños decir que quieren ser como ellos, que cambiarían su vida por pertenecer a esa familia de superhéroes, lo cual desde la perspectiva que tengo me parece una locura. Espero no hayan sido tan crédulos, no me incluyo ahí porque lo que dije no es cierto, solo soy una chica ordinaria...sin poderes, sin una familia extraña y con un nombre como cualquier otro: T/N T/A. Además si fuera una Hargreeves el viejo ya me habría regañado por levantarme a esta hora.
Una parte de mi se siente aliviada de no pertenecer a su familia disfuncional, si, no tienen una vida fácil, pero no puedo negar que el hecho de tener poderes suena genial, la tele transportación no me vendría nada mal.
Pero ¿Cómo es que se tanto sobre ellos? Esa respuesta también es simple...los he estado observando hace un tiempo, un año aproximadamente y se volvió mi pasatiempo favorito. Anoto en una libreta cada cosa que veo y si tengo la oportunidad tomo fotos de lo que hacen o hago dibujos. ¿Acosar? ¡Puff! yo no lo llamaría así, si no más bien aprender más sobre ellos.
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Luego de vestirme, algo cómodo (como para huir) pero presentable, salí hacia mi sala donde encontré una nota de papá, no les aburriré con los detalles, solo me pide disculpas por no estar conmigo hoy. Mis padres se divorciaron hace tres años pero son buenos amigos y desde entonces vivo con él. La verdad el hecho que no esté seguido en casa hace más fácil mis aventuras hacia la academia, cuando no voy a la escuela claro.
Tomé mi bicicleta, mi mochila donde tenía lo necesario para apreciar el espectáculo y empecé a conducir en dirección a la casa Hargreeves. La única que sabe lo que hago en mi tiempo libre es mi mejor amiga Jess Morgan, ella siempre me dice que debería parar porque es peligroso y me podrían descubrir además de que no es algo normal. Pero no soy normal, no puedo hacer nada con eso, además soy muy sigilosa y me he vuelto buena en esto ¿Qué es lo peor que me podría pasar?
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Ya en la parte trasera del lugar, escondí mis cosas por un contenedor de basura (desagradable pero necesario) miré a ambos lados del callejón antes de tomar la escalera de fierro y empezar a subir hacia una de las habitaciones: la de Número Cinco. Asomé un poco la cabeza y al percatar que no había nadie abrí la ventana para adentrarme en la habitación.
Me recosté en la cama un rato mientras observaba cada rincón del lugar. Volví a revisar la hora y definitivamente ya habían empezado. Lentamente giré la manija de la puerta y la abrí, para mi suerte no había nadie en los pasillos así que me encaminé tranquilamente hacia el lugar donde entrenaban. Tenía un escondite desde el cual se podía ver todo lo que hacían a la perfección pero antes de llegar a él escucho unos pasos acercarse por donde estoy.
Me quedé helada, nunca me había sucedido y no sabía que hacer, si corría me escucharían pero si no lo hacía me verían. Cuando reaccione era demasiado tarde, la sombra de quien estaba detrás mío se hizo visible y me negué a dar la vuelta. Su voz me hizo estremecer, tenía miedo de lo que pudiera pasar...¿y si me hacían algo malo? ¿si me encerraban para no dejarme salir nunca más? ¡Demonios, me han descubierto!
El tono en el que volvió a hablarme me sacó de mis pensamientos.
- ¡Te pregunté que quién eres y qué haces aquí! - dijo con un timbre tembloroso
No tuve otra opción más que enfrentar esto cara a cara, di media vuelta y volví a respirar al notar que no se trataba de nadie más ni nadie menos que Vanya Hargreeves o Número Siete, por lo que averigüe es como yo, no posee ningún poder y por eso la excluyen de los entrenamientos, aunque se me hace raro que a pesar de eso siga aquí.
- ¡Vanya, gracias al cielo eres tú! - exclamé aliviada colocando una mano en el pecho - pero, ¿no que estabas en clases de músi...ca - me detuve al darme cuenta que estaba hablando más de la cuenta
- ¿Co-cómo sabes quién soy y de mis clases? - noté que estaba a punto de echarse a correr
- ¡Tu violín! - dije rápidamente - ti-tienes un violín en la mano y lo supuse - su expresión decía que no me creía pero debo distraerla para huir ya
- De-debo llamar a papá - dijo más para sí misma
Ahora sí que estoy en serios problemas, pero para que entiendan como es que llegué a esta situación, deben saber como comenzó esto...