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Amo esto... el dulce y delicioso estupor que envuelve tu cuerpo cuando apenas despunta el día, el suave velo que separa la realidad del sueño, la sensación de exquisita comodidad bajo el tibio abrigo del edredón.
Mmmm... sencillamente perfecto, o lo sería, si no tuviera un objeto punzante en mi región lumbar; o más bien "su" objeto punzante en mi región lumbar.

Resoplo y me remuevo intranquila dándole un codazo en el estómago para que se aleje; pero como el pedruzco dormido que es, solo aprieta su agarre en mi cintura y encaja su nariz detrás de mi oreja respirando con pesadez.

Chasqueo la lengua y repito el golpe, pero sólo logro hacerlo refunfuñar entre sueños.

- Mierda Kai, tu calambre mañanero está amenazando con hacerme una punción.

- Mmm - es su ronca respuesta.

- Ugh, quita - lo empujo.

- Solo un ratito más Lili - me ruega y entorno mis ojos para después picarlos con pereza.

- ¿Y por qué narices no estás en tu habitación eh?.

- No puedo... ella está ahí - contesta perezoso.

Ruedo los ojos otra vez y me incorporo liberandome de su agarre.

- ¿No le dijiste como funcionaba todo contigo? - me ignora y le doy una palmada en la frente -!Kai¡.

-!Agh¡ !Que sí¡ - se incorpora también picando sus ojos - pero se hizo la tonta y se quedó, creo que soy así de irresistible ¿no? - me da una de sus goofy sonrisas y me guiña un ojo.

Vuelvo a resoplar y me rasco la cabeza con frustración.

No es que me moleste la extremadamente activa vida sexual de mi mejor amigo; lo molesto es tener que lidiar con los daños colaterales, y por daños colaterales me refiero a ataques de histeria, llantos, cartas de amor, amenazas de suicidio, falsos embarazos y hate, muuuucho hate de parte de las tantas  desventuradas que pasan por su cama.
Y no es que él sea el clásico jugador que les promete la luna a cambio de orgasmos, para nada, Kai siempre ha sido más que claro con ellas, solo sexo, sin compromiso ni emociones de por medio, solo diversión.

Pero las muy ingenuas en serio se creen las elegidas para cambiar al chico malo y ganarse su corazón, solo que son ellas las que terminan perdiendolo y yo... bueno yo soy el bendito muro de contención, el SWAT, la negociadora, la enfermera y la guardaespaldas de Kai, sí, una lo atacó una vez y tuve que intervenir o mejor dicho recibir el arañazo, un ardoroso recuerdo.

Lo más gracioso es que vengo arrastrando con este "trabajito" desde que se volvió activo sexualmente; hace cinco años y tenemos veinte.Sí, a muy corta edad comencé a lidiar con todo eso, lo que de cierto modo me ayudó a saber todo lo que "No"quiero en un hombre y no es que sea un mal chico, Kai  es una de las mejores personas que conozco, leal, honesto, generoso; pero en el área sentimental es un caos y no se le puede pedir más !Tiene veinte años por Dios¡

Eso y uno ochenta y dos metros de estatura, piel morena, cutis de infarto, pectorales, abdomen, brazos y espalda dignos de una escultura y en fin, como diría la última chica con la que lidié es irrespetuosamente sexy y varonil, si fuera sensible y tierno mi vida fuera más tranquila pero... nadie es perfecto y no, no estoy enamorada de él, esta no es una de esas películas de adolescentes donde la chica tiene un secreto crush con su mejor amigo, para nada.

¿Cómo podría? Crecimos juntos, mi madre era el ama de llaves en la casa de sus padres y desde que tengo uso de razón me persigue la "bendición" de su amistad.

Hemos hecho de todo juntos, menos el sexo claro.

Borracheras, fiestas, vandalismo, bromas pesadas, reprobar exámenes, aunque eso lo hice a propósito porque él no vino a clase ese día y preferí arrastrar la asignatura con él para ayudarlo y etc.

CaprichosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora