Al día siguiente me levanté pensando que lo que había pasado solo era un sueño, salí de mi habitación y confirme que no estaba soñando. Sander estaba en la cocina preparando el desayuno.
-Oh, veo que ya está despierto amo
+*bostezo* ¿Qué preparas?
-Un platillo que vi en este libro
+Es el recetario de mamá...
-Conozco poco de este mundo, pero puedo darme cuenta de que su madre tenía buenos gustos para la cocina
+Si, mamá siempre fue así
-*pone los platos sobre la mesa* prepare un... Omelette
+No sabía que cocinabas
-No suelo hacerlo, pero al ser uno de mis deberes tengo que hacerlo
+Bueno, hay que sentarnos y comer antes de que se enfríe
-Claro
Tengo que admitirlo, el omelette estaba delicioso.
+Estaba muy bueno
-Me alegra que le gustará
+Por cierto, hace rato dijiste que no sabías mucho de este mundo, ¿Cierto?
-Así es
+Cómo hoy no tengo que trabajar, ¿Te gustaría que te muestre la ciudad?
-Claro que sí amo
+Solo iré a vestirme y nos iremos
-Lo espero aquí
(Pasa un rato)
+Ya estoy listo
-Vale, vamos
+Espera, no puedes salir así
-¿Ah?
+Tendrás que cubrir tu cola y cuernos
-¿Por qué?
+Verás... No es muy normal ver a alguien así por aquí
-Ya veo *oculta su cola y cuernos* ¿Así está mejor?
+(Increíble) Si, así está bien
Ambos salimos del departamento.
+Y bien, ¿A dónde quieres ir?
-A ese lugar
+¿A la tienda de Helados?
-¿Así se llama?
+Sip, vamos
Al parecer a Sander le había llamado la atención la heladería por sus colores y la forma que tenía. Compramos un helado para cada uno y nos sentamos en una banca que encontramos.
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