el ave fénix

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Él llegaría de visita ese día, vivía en otro país y vendría a pasarse unos meses en casa. Estaba dando vueltas pensando qué podría pasar cuando lo vea, Cómo se supone que, después de tanto tiempo, tendría que reaccionar. No sabía si aún sería lo mismo que la última vez que lo tuve cerca, ya habían pasado más de nueve años y entonces llegó, mi corazón estaba fuera de sí, queriendo salir de su lugar. Quería abrazarlo con todas las fuerzas con las que lo había extrañado, pero solo pude besarlo en la mejilla y saludarlo con un lo típico; "hola".

Estaba nerviosa, me preguntaba como debía de comportarme o qué debía decir. Hablábamos con palabras cortas, chistes, preguntas sobre los demás, palabras que solo salían de nuestras bocas quizás por cortesía y porque no sabíamos si nuestros corazones estaban de acuerdo entre si. Pasamos el día juntos haciendo lo habitual, bueno, lo habitual para mi.

Se había oscurecido y sin darme cuenta estaba con el hombre que más he amado en mi corta vida frente a frente recostados en una cama con la luz apagada. intercambiamos palabras, muy pocas por cierto, nuestro silencio decía mucho más. Y de pronto mis labios besaban los suyos... Dios santo! No pudimos soportar ni un día... Que grata sensación cuando por fin tienes algo que tanto habías extrañado! Fue tan rápido y aún así tenía la sensación de que era el día más largo de mi vida y que se detuvo en ese instante.

Aún estaba vivo, Aún sentíamos que nuestro mundo flotaba con cada mirada y que nuestra llama revivía tal cual un fénix surge de sus cenizas.

En esos días recordabamos el tiempo en que todo esto empezó. Yo lo inicié, no lograba recordar cómo pero él me refresco la memoria, y entonces supe que jamás me había sacado de su mente desde entonces y fui feliz.

Éramos niños casi de la misma edad, siempre iba de vacaciones a su casa y tal vez por las similitudes de edades pasamos todo el tiempo juntos. Según su relato y por lo poco pero claro recuerdo que tengo, fue uno de esos días normales que veíamos tv, pasaban un programa en el que dos personas se besaban y yo quise experimentar lo mismo. No recuerdo qué le pude haber dicho pero él aceptó, supongo que también quería experimentar qué se sentía, aunque creo que ya sabía y me llene de celos al pensarlo.

Luego no podíamos parar, Éramos adictos a nosotros mismos, a tocarnos y besarnos sin parar. Cuando terminaban las vacaciones aún seguíamos en contacto, Aunque hubieron períodos que lo perdíamos por completo, aún seguía pensando en él no sabiendo si él pensaba en mi. Y así se fue forjando nuestra historia.

No sé en que momento empecé a volverme loca por él, ni sé exactamente cuando empecé a enamorarme, pero sí tenía la certeza de que era más que una de esas etapas de niñas, lo amaba... y sin límites ni tabúes, y como no todo en la vida es perfecto, había un factor que lo complicaba todo...

Un Amor AnunciadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora