Encrucijada de amor

Conociendo a la presa

Capítulo 1...

Victoria Sandoval, una mujer de 42 años marcada por el éxito en el mundo de la fotografía y de la moda, se encontraba envuelta en mucho trabajo, preparando todo para el día del evento más grande de su carrera profesional.

Vic: Ana, por favor, no te olvides de revisar que todos los vestidos estén en su sitio, esta noche debe salir todo a la perfección, nada puede fallar (se mordía el labio inferior algo preocupada).

Ana: Todo saldrá bien, no te angusties, ya mismo reviso lo de los vestidos (se retiró).

_. Hola, bambina (se acercó Pipino, estilista de su casa de modas y gran amigo) ¿que tal andamos?, ¿como amaneciste?.

Vic: Mucho antes que tú (algo enojada) te dije que hoy te quería aquí más temprano, Pipino, ¿tan díficil era para ti levantarte una horita antes de lo que acostumbras?.

Pi: Lo siento reina, anoche tuve una discusión tremenda con mi papasito pero mírame bien (se dió una vuelta para que le observara)  todo se arregló bien rápido, ya sabes como soy, me dió unos besitos, unas caricias divinas y caí rendido a él, nos pasamos toda la noche de reconciliación (sonriente).

Vic: me alegro mucho por ti, Pipino (esa alegria no traspasó a su rostro) ¿será que ahora que ya estás aquí puedas ponerte a trabajar y terminar de ultimar los detalles para el desfile?.

Pi: hay...está bien. A ti no te vendría mal una buema sacudida mi reina por que estás de un humor.

Vic: PIPINO (gritó).

Pi: insoportable (le dijo antes de retirarse).

Vic: Dios, ayúdame (tocándose la frente) ayúdame para no matarle.

A unas pocas cuadras de la casa de modas se encontraba situada la empresa del empresario más respetado de todo México.

_. Todo esto es una locura, Dionisio (decía su mejor amigo).

D: ¿una locura?, para mi no es ningúna locura, Fabio, esta mujer me interesa mucho (mirando la portada de una revista) me gusta. Me gusta pero no como tú te imaginas (tiró la revista sobre el escritorio y se levantó para servirse un trago) yo no quiero nada serio con esa mujer.

Fa: ¿entonces?.

D: (arqueó una ceja con una sonrisa llena de picardía en su rostro).

Fa: ¿solo eso quieres?.

D: (asintió tomándose el trago de whisky) ¿que pensabas?, ¿que la quería de esposa? (Soltó una carcajada) claro que no, ningúna mujer es buena para Dionisio Ferrer y menos una que a cada rato sale en estas revistas vendiendo su vida y su trabajo.

Fa: Yo no veo que esté haciendo nada malo, solo se está promocionando (tomó la revista y ojeó a la mujer con detenimiento).

D: eh (le quitó la revista) la ví yo primero.

Fa: (rodó los ojos y negó con la cabeza) entonces, ¿qué?, ¿irás esta noche a su evento?.

D: no solo voy a ir, si no que me la voy a llevar conmigo. Esta noche, la haré mía y así podré pasar página y buscar a mi siguiente presa.