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Jungkook carga a Norae todo el camino hasta el apartamento y le tiende sus llaves a Taehyung para que abra la puerta, indicándole en dónde está su propia habitación mientras él lleva a Norae a la de ella. Agradece por primera vez que su hija tenga un sueño tan pesado, no era divertido cuando tenía que levantarla para ir al colegio, pero justo ahora le viene de maravilla.

Al entrar a su habitación, observa a Taehyung de espaldas a la puerta, ojeando el espacio. Se quitó su abrigo y bufanda y sólo lleva su camisa blanca, con las manos en los bolsillos de su pantalón. Jungkook también se quita su chaqueta y la deja a un lado en una silla.

—No tengo lubricante, pero encontré aceite de coco que, según internet, no es dañino así que debería servirnos bien —su voz distrae a Taehyung de su recorrido, haciéndolo reír y bajar la cabeza al tiempo que se sonroja. Gracias a la luz de la habitación Jungkook puede apreciarlo mejor y le encanta—. Y por más que busque, sé que no tengo condones porque ni siquiera recuerdo la última vez que estuve cerca de tener un encuentro —también ríe y camina para dejar el tubo de aceite en la mesita a un lado de su cama, rasca su nuca con incomodidad—. Hyung, en verdad no quiero obligarte a nada, ¿sí? Yo... Puedes quedarte aquí hoy y sólo hablar conmigo, sin hacer algo más. Sé que apenas nos conocemos y no quiero que te sientas presionado ni pienses que estoy haciendo esto inconscientemente, o que quiero aprovecharme de ti y luego botarte. Simplemente... Me siento bien contigo, aquí, y ahora. Y sé que de cualquier manera estará bien.

Taehyung pestañea lentamente, dando entonces pasos cortos y lentos hacia el menor. Estando frente a él, sus labios vacilan con curvarse y aunque sus latidos son desordenados, es capaz de mirarlo a los ojos con suavidad.

— ¿Acaso importa algo más? —murmura, paseando su mirada por la brillosa ajena— Opino que tenemos mucho tiempo después de esto para conocernos, ¿no? Si llegamos aquí, y nos sentimos bien el uno con el otro, y somos adultos conscientes de nuestras acciones, entonces... Dejemos el resto para luego y centrémonos en el ahora. No creo querer simplemente conversar contigo justo ahora.

Jeon deja ir el aire que sostenía.

—En serio me gustas, Taehyung-ah.

Dando una sonrisita, el nombrado da un paso al frente yendo más allá del rostro contrario para susurrar en su oído:

—Eso me lo tienes que demostrar.

Y camina hacia atrás, llevando sus manos a su espalda y mordiendo su labio inferior. Aunque Jungkook lo mira por otro momento más, no pierde el tiempo y avanzando el paso que Taehyung se alejó, lo trae hacia él nuevamente por la cintura y captura sus labios en un beso similar al compartido en el auto, sólo que ésta vez no hay razones para distanciarse. La camisa de Taehyung cae al suelo primero y Jungkook se encarga de repartir besos en la piel dorada de su cuello y pecho, adornándolos con leves chupones que con suerte desaparecerán mañana.

Los dedos de Taehyung se cuelan por su debajo de su camisa, tirando distraídamente de ella hacia arriba y Jungkook lo ayuda a quitársela, volviendo inmediatamente a sus labios. Taehyung suspira, sintiendo el firme agarre de los dedos en su cintura al mismo tiempo que sus palmas recorren el pecho del menor. Al estar al borde de la cama, al más alto no le cuesta subirse a ella, apoyándose del torso de Jungkook para no perder el equilibrio mientras se arrodilla.

Ahora Jungkook debe inclinarse un poco para besarlo pero pronto el contacto de sus labios se pierde cuando Taehyung baja sus besos por su pecho y abdomen, confiando en sus dedos que deshacen el cinturón del pantalón y cualquier otro obstáculo que lo aleje de su objetivo.

Jeon deja salir un jadeo tembloroso cuando los dedos de Taehyung juegan con la elástica de su bóxer y su lengua se afinca en el área en donde empieza su vello púbico, cerca del hueso de su cintura. Se estremece al sentir la humedad que deja la lengua de Taehyung por encima de su pene cubierto por la tela, justo antes de éste termine de bajarla y sus dedos lo rodeen enseguida.

muérdago › taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora