Siento un poco de miedo, no soporto estar entre tantas personas y que noten mi presencia, me incomoda demasiado... pero, ¿quién se me acerca tan rápido?
- ¡Emiliaaaa!, no sabía que estudiabas en este preuniversitario, ¿por qué no me dijiste nada? Se supone que soy parte de tus mejores amigas. Incluso Valentina también estudia aquí. Por Dios, debiste decirnos. -dice Javiera como si el mundo estuviese a punto de acabar-
- No sé, debieron ser los nervios, últimamente no he querido hablar con nadie, tengo bastantes problemas en mi familia y no lo sé, simplemente no he podido pensar mucho más.
- Bueno, está bien, pero debemos vernos en los recreos, ¿Sí?. No quiero que andes solita ni que te quedes en la sala sin salir en absoluto. -dice en un tono casi maternal-
Javiera es una chica alta, de cabello negro y notoriamente preciosa. Es mi mejor amiga junto con valentina. Ambas son tan bellas he inteligentes que, sin notarlo, me siento algo eclipsada, pero no en el mal sentido, por supuesto.
Solo faltan treinta minutos para entrar a la sala y conocer a mis compañeros de preuniversitario y profesores, estoy nerviosa pero emocionada. Me siento asustada pero feliz de aprender y perfeccionar grandes conocimientos.
Suena el timbre, voy a paso firme, sin mirar atrás. Mis miedos no pueden ganar la batalla. Me siento en el asiento del fondo, justo al medio del salón, perfecto para apreciar la pizarra y a mi profesora de Historia, que por cierto es la primera de mis tres clases: Historia, Matemáticas y Lenguaje.
Todo va bastante bien, la profesora explica de maravilla y no me mira tanto a los ojos, mis compañeros son callados y se mantienen atentos a la voz de nuestra profesora. Me siento como en mi propia casa, después de todo no fué tan complicado.Aunque quince minutos más tarde vuelve a sonar el timbre, pero esta vez para aquellos alumnos que llegaron atrasados, luego de ese timbre nadie más puede entrar a la sala.
Yo estaba en mi plena comodidad, con mis apuntes perfectamente ordenados (aunque no tenía tantos, ya que Historia se me hacía una clase muy ligera y prefería escuchar más que nada). Pero todo cambió cuando la profesora abrió la puerta, entraron al menos diez estudiantes, no lo sé, en ese momento nada me importó además del chico que entró con toda la seguridad del mundo. ¿Y cómo no? si era guapísimo: no era tan alto, pero lo suficiente para mi, su piel era extremadamente pálida y su cabello tenía un tono castaño oscuro, su cuerpo era delgado pero con una musculatura que notoriamente estaba trabajando, lo cual me pareció entre sensual y adorable. Al parecer lo estaba mirando demasiado, ¿y si el lo notaba? Qué vergüenza, preferí mirar mis apuntes como si nada pasara, como si no hubiese quedado anonadada ante su belleza. !Era como un vampiro de crepúsculo! No sé, en ese momento se me olvidó hasta como tomar el lápiz.
Mientras miraba mis apuntes intentando disimular, sentí que alguien se sentaba bruscamente a mi lado, en los estrechos asientos de la sala... miro hacia el lado y era él, !El mismísimo chico que parecía vampirito de crepúsculo!, y como era de esperar, no pude sacar mi mirada de encima, menos mal que él no se dió cuenta, o eso espero...
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¿Cuanto me quieres?
Teen FictionEmilia y Pablo se conocen en clases preparatorias al examen de ingreso universitario, en el cual su conexión comienza desde el primer día. ¿habrá sido el destino o una simple coincidencia?