I Wish You Liked Girls

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Pov Calle:

Aún recuerdo la primera vez que nos vimos, ambas teníamos siete años, tú con tu hermoso vestido naranja y yo con mi sudadera negra, tan diferentes pero tan iguales. Por un largo tiempo fui feliz.

Hasta que pasó lo que pasó.

Hasta que empezaron esos lindos pero dolorosos sentimientos hacia ti, decidí ignorarlos, pero tristemente, se hicieron más fuertes. Y yo, no pude contenerme, y tú, no pudiste hacerlo por mí.

Y de nuevo, fui feliz.

Ahora, planeo pedirte ser mi novia, delante de todo, es un poco arriesgado, pero, sé que no me rechazarás. Nunca lo harías. Nunca me lastimarías. Lo prometiste aquella noche cuando estábamos acostadas en mi cama y yo estaba acariciando tu largo y hermoso cabello.

Tú me haces sentir muchas cosas María José. Eres muchísimo mejor que todos los chicos que he conocido.

Podría ser una perra y darte mil razones de por qué estar contigo sería mucho mejor que con cualquier chico.

Tomé mi mochila y la colgué en mi hombro derecho, al igual, tomé mi ukelele entre manos y salí de mi casa. Iba un poco tarde así que tuve que correr, 15 minutos después estaba en la entrada de la escuela.

Entré e inmediatamente sentí murmullos a mi alrededor, nunca me acostumbraré a ellos, nunca me acostumbraré a sentir esa incomodidad provocada por esos susurros, que, apesar de que no pudiera escuchar qué secreteaban, sabía que el "secreto" era yo.

¿Acaso no tienen una vida propia?

Aceleré mis pasos en busca de un baño, necesitaba respirar un poco.

Encontré uno y entré.

—¿Monito castaño?

Volteé en cuanto escuché esa inigualable voz.

—Poché, ya deja de burlarte de mí.-sonreí viendo cómo se acercaba lentamente.

Ese apodo venía de mi obsesión por el Parkour, le había hablado hace mucho tiempo a la nombrada sobre esto, y, sorpresivamente, una tarde me propuso salir a divertirme un rato con ella. En ese tiempo, me obligó a enseñarle un poco de mi mundo, y bueno, desde ahí a sido una costumbre pelear por el apodo que me puso.

—¡Te extrañe!.-se lanzó a mis brazos en busca de un abrazo, el cual fue aceptado sin pensar.

Había salido del pequeño pueblo durante las vacaciones del colegio, (en contra de mi voluntad) en la finca de mi abuelo no había ningún tipo de tecnología, y por lo tanto, no había podido hablar con nadie.

—Eres una dramática, hablamos ayer.-reí en su cuello haciéndola sentir cosquillas.

—Extrañe mucho tu lentitud.

Yo extrañaba ser lenta para ti.

Nos quedamos abrazadas por un largo rato hasta que sonó el timbre, nos separemos y pude ver unas pequeñas pero sentimentales lágrimas acumuladas en sus ojitos, las quité con mis pulgares y la tranquilice.

Salimos del baño y tuvimos que separarnos, ya que, teníamos clases diferentes.

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ONE-SHOTS [CACHÉ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora