# 𝐝𝐫𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬 𝐥𝐢𝐜𝐞𝐧𝐬𝐞 | 𝒔𝒖𝒏𝒈𝒋𝒂𝒌𝒆 - 𝒋𝒂𝒌𝒆𝒉𝒐𝒐𝒏

# dieciocho.

Jake observó el andador a su frente desde su silla de ruedas y suspiró.

Iba a intentar caminar.

Jay lo había dejado dar un paseo por el hospital, después de todo, necesitaba salir de aquella habitación.

Después de unos momentos el rubio tuvo que retirarse al enterarse de algunos problemas con su madre.

Lo había dejado en un lugar solitario, aunque realmente necesitaba estar solo.

Estaba mejor así.

El castaño tomó los costados del andador e hizo fuerza para poder apoyarse en el, sin éxito.

No podía, sus piernas no reaccionaban.

— ¿Ya estás tratando de caminar?

En ese momento Jake se paralizó y su cuerpo se debilitó estando a punto de caer.

Pero Sunghoon siempre estaba ahí...

El pálido tomó sus brazos antes de que cayera y recibiera un gran golpe.

— ¿Estás bien? Cielos, eso fue peligroso.— Al no recibir respuesta, el coreano acomodó al castaño en la silla de ruedas.— Jake...

Sunghoon observó al contrario, el cual estaba mirando hacia el suelo.

— Estaba perdiendo la esperanza... pensaba que ya no vendrías.— Jake murmuró débilmente.

— ¿Por qué no?

El mayor rió amargamente.

— Quizá porque me dejaste solo de la noche a la mañana, o también porque prometiste que nunca me dejarías, y ahora estás aquí como si nada hubiera pasado.— El menor noto la voz rota de Jake al hablar, no sonaba como antes.— ¿Sunoo te lo pidió?

— ¿Sunoo tiene que pedirme que venga a cuidar de mi mejor amigo? Deja a Sunoo fuera de esto, el no me pidió nada.

— ¿De verdad crees que podemos seguir siendo mejores amigos?— El castaño murmuró, tenía que aceptar que si estaba levemente enojado.

Sunghoon suspiró y se agachó a la altura de Jake, tomó las manos contrarias y las puso sobre sus hombros.

— ¿Qué estás haciendo?

— Ayudándote.— El pálido respondió y observó a Jake. No le agradaban las heridas en su rostro, pensaba que se veía mucho más bonito sin ellas.

Tomó la cintura del australiano para levantarlo pero este se lo impidió.

— Estoy bien. Hay gente para eso...— Jake quito suevamente sus manos de los hombros del coreano y miro hacia otro lugar.

Sin importarle mucho, Sunghoon levantó a Jake obligando a este a rodear su cuello con sus brazos.

— Pon tus pies sobre los míos.— Sus miradas se conectaron y se quedaron unos segundos en silencio.

— ¿Estas seguro de que esto es un ejercicio?— El castaño preguntó.

— Sé cómo realinear huesos, masajear músculos, básicamente todo. ¿No sabes qué practico patinaje artístico? Súbelos.

Jake suspiró y miró hacia sus pies.— No te atrevas a quejarte de que estoy pesado.— El mayor subió lentamente sus pies a los del contrario el cual seguía observando al australiano.

— Eso es.

Sus miradas se conectaron nuevamente pero esta vez las desviaron tímidamente al percatarse de la gran cercanía entre sus rostros.

— Ahora, despacio. Daremos un paso a la vez.— El coreano levantó a duras penas sus pies con cuidado de no lastimar al mayor, pero logró dar un paso mientras tomaba la cintura de Jake fuertemente cuidando de que este no se caiga.

— Despacio.

— ¿Te duele? ¿Te arrepientes?— Jake se olvido un momento por su pequeño enojo y levantó su mirada.— Deberíamos parar...

— Concéntrate— El pálido también subió su mirada y advirtió.

Jake bufó y miró hacia otro lado.— Subí de peso estos días. Estoy seguro de que estoy pesado.

— No te preocupes por eso. Muy bien, con el pie izquierdo otra vez.— Dieron otro paso y al terminar esté Sunghoon subió su mirada al percatarse de que Jake estaba observándolo.

Al terminar de admirarse, se percataron de que habían pasado unos segundos, solo estaban ellos, en medio de la sala, en aquella posición rara.

— ¿Estás bien?— El coreano preguntó en un susurró.

— Si.— Jake sonrió levemente y afianzó su agarre.

— Ahora hacia atrás.— El pálido también afianzó su agarre para luego mirar a Jake con una linda sonrisa.