Puedo sentir una vez más el sonido de mi corazón partiéndose en mil pedazos, cuando me dices que por favor no me vaya y que me quede esta noche contigo.
Aunque quisiera no podría hacerlo, y lo sabes. Pondría en riesgo tantas cosas, y soy un maldito cobarde que no se atreve a enfrentar sus miedos.
-Louis, por favor—oigo tu voz rogándome. Tu voz rota. Sé que tienes un nudo en tu garganta.
-Lo siento mucho—respondo en un hilo de voz—. Ella me está esperando.
Agachas tu cabeza y asientes débilmente.
-De verdad lo siento—repito, acercándome a ti. Te tomo de las manos, pero tú te alejas unos centímetros.
-Vete ya.
-Por favor, Harry. No te enfades conmigo.
-Vete. Tu novia está esperándote.
-Ella no es mi novia y lo sabes bien.
-¡Louis estoy harto!—gritas y rompes en llanto. Tú no te das una idea pero eso me destroza por dentro—. ¡Estoy harto de toda esta farsa! Quiero ser libre, ser feliz por completo. Joder, Louis. Quiero poder tomarte de la mano y que no sea en un maldito lugar a escondidas.
-¿Y piensas que yo no?
-No lo sé.
-Harry… no estás hablando en serio, ¿verdad?
No me respondes.
-Bien… ¿quieres ser libre? ¿Quieres dejar de esconderte?—pregunté furioso. No contigo, sino con toda esa situación.
-¿Qué tratas de decirme?
-Enciende la maldita máquina—dije señalando la laptop que se encontraba sobre la pequeña mesa en el centro de nuestro living.
-¿Para qué, Louis?—me miraste serio, con la nariz roja por el llanto reciente. Tu rostro parecía el de un niño de diez años.
-Vamos a decirle a todo el jodido mundo que tu y yo nos amamos—respondí, mientras yo mismo me encargaba de encenderla porque no podía esperar a que tú lo hicieras.
-No estoy para bromas.
-¿Quién dijo que estaba bromeando?
-Louis, no…
-Harry, ¿No me has dicho que querías dejar de esconderte?
-Pero no es el momento.
-¿¡Entonces cuándo es el maldito momento!?—grité furioso, y me arrepentí al instante que noté tus orbes verdes completamente llenos de miedo.
-¿Estás seguro?—preguntaste en un hilo de voz. Pude notar cómo me dabas paso a que lo hiciéramos. Notaste que hablaba enserio.
-Sí… ¿tú lo estás?—pregunté también.
Asentiste levemente.
-Bien, hagámoslo—abrí mi cuenta de twitter y comencé una sorpresiva Twitcam.
Ambos suspiramos nerviosos, sin saber bien que decir o hacer. Mirábamos como el número de visitas iba aumentando de a millones y nuestros nervios iban a la par.
Los fans comentaban totalmente sorprendidos, llenándonos de preguntas. Queriendo saber cuál era el motivo de aquella Twitcam. No podía creer como muchos otros comenzaban a especular acerca de nuestra pareja, aquellos que siempre nos han estado apoyando y peleando contra el mundo, mientras el mundo estaba en contra de nuestra pareja o seguía sin ver la verdad.
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El que es valiente, es libre (Larry Stylinson)
FanfictionEl día en que Larry Stylinson sale a la luz.