3 de agosto de 2016

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Estábamos en casa de Laura, como siempre que nos aburríamos en vacaciones.

Carla, una chica alta con el pelo castaño y rizado y cuerpo de patinadora, estaba tirada en el sofá mientras hablaba con el perro de Laura, un bonito Golden Retriever llamado Thor.

Ainara, una rubia de pelo liso y con madera para ser modelo, estaba viendo Grease por quinta vez esta semana, ¡y solo estábamos a miércoles!

Laura, una preciosa e inteligente chica con curvas y el pelo castaño y liso por encima los hombros, era la que estaba más entretenida. Ella hablaba por mensaje con el chico que le gustaba, Unai. Ya sé que es un nombre raro, pero el chico era especial. Tenia a todas las chicas del curso enamoradas, ¡e incluso llego a enamorar a algunas de un curso inferior! Puede que fuera por su cuerpo moreno, su cuerpo perfecto para ser un chico de esa edad, su altura, esos ojos cafe que atrapaban a cualquiera, su pelo castaño y un poco largo, su estilo único para la ropa, su manera de hacer reír, como ayudaba a quien lo necesitaba...

Yo observaba todo con mi cabeza en nevera. Si, mi cabeza estaba dentro de la nevera, pero hay una buena razón para eso. Era inicios de agosto en una ciudad de playa y nosotras no podíamos salir porque "tenéis que cuidar la casa para que ningún borracho intente entrar a seguir con la fiesta" dijo hace unas horas la madre de Laura, pero yo la entendía. Era una ciudad para turistas, y más donde estaban situadas, en el centro de la ciudad. A una media hora caminando estaba la playa y a cinco minutos la calle central, llena de tiendas para todos los gustos y bolsillos.

De repente, se escucho el teléfono de Laura y me asusté, por lo que me di un golpe contra el techo de la nevera y vi que era hora de salir de allí si no quería gastar más electricidad. De golpe, Laura empezó a chillar y todas nos apelotonamos alrededor suyo, intentado ver que pasaba.

Por suerte solo era Unai, así que nos separamos un poco y Laura atendió la llamada mientras la mirábamos e intentábamos escuchar lo que decían.

Al cabo de un minuto, Laura colgó y todas preguntamos a la vez:  - ¿Qué ha dicho?

Ella nos miro seriamente mientras colocaba el teléfono encima la mesita de café.

Todas nos asustamos, ¿Qué significaba eso? ¿ Qué había dicho Unai para que nos mirara tan seriamente?

Pero todas esas dudas se fueron rápidamente cuando empezó a sonreír como nunca y nos dijo:  - ¡¡¡Unai me está esperando en la puerta!!!

Todas empezamos a chillar y saltar como si nos hubiéramos enterado que nuestra banda favorita sacaría un nuevo álbum.

Miré fugazmente por la ventana y vi a la vecina mirando preocupada hacia nosotras, pero en cuanto nos vio bien se fue a seguir con la telenovela. Seguramente todo el edificio se estaría preguntando si estábamos bien o si necesitábamos ir al psiquiatra.

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Hola, espero que os esté gustando lo que he empezado a escribir. Siento que este capitulo sea tan corto, el proximo será más largo. Cabe decir que la idea no es mía, es de una vieja mejor amiga que escribió un boceto en 2017 y lo encontré hace poco en mi ordenador. Al estar mal escrito (ella tenia 12 años y no leía mucho) lo he reescrito yo, pero con sus mismos personajes y línea temporal.

Los personajes están basados en personas reales, pero la historia es ficticia, ¿o no?

Si encontráis algún error no dudéis en comentarlo

Diario de los zapatos suciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora