BAN
Tenía su imagen en mi mente, no había segundo que no le pensara, que no deseara estar con ella, cuando llegue a aquel lugar dispuesto a quedarme con la fuente de la vida, no espere encontrarme con el ser más hermoso, bondadoso y que me haría cambiar, ella era pequeña, mucho más que yo, sin embargo se planto frente a mí dispuesta a proteger con su vida si era necesario aquella fuente codiciada para volver a uno inmortal, tal vez fueron sus ojos llenos de determinación que me motivaron a insistir una y otra vez a subir hasta el árbol sagrado con la única intención de verla una vez.
Permanecí ahí con ella, escuchándola hablarme de aquel lugar, me escucho las tonterías que se me ocurrían, y cuando menos me di cuenta estaba feliz con ella, disfrutando de su compañía, me arrepentía de no poder robarla, quería mostrarle el mundo, quería tenerla para mí, ser egoísta, pero ella, no me lo permitiría, odiaba a su hermano, un rey cobarde que huyo tiempo atrás, dejándola con la responsabilidad de cuidar el bosque de las hadas, amarrándose a ello, sin pensar en nada más que proteger su hogar, iría por él, se lo prometí, entonces cuando el imbécil de su hermano regresara yo me la robaría sin dudar.
Sus brazos rodeándome en silencio hasta el día de hoy me provocan calidez, pensar en ella, en la forma que la perdí, me hace odiarme incluso más que al cobarde hermano que ella tanto esperaba, debí protegerla de ese demonio, pero no pude, luche, con todas mis fuerzas, luche para proteger el bosque que tanto amaba, mi arrogancia, mi egocentrismo de saberme fuerte e inteligente, me llevaron a cometer un gran error, pensé que sacándole un corazón había acabado con él, pero los demonios tenían más de uno, esa información debí saberla, pero era tarde, la herida en mi brazo no se comparaba al tuyo en el pecho.
Te rogué que bebieras de la fuente de la vida, te vi feliz al hacerlo, el veneno me mataba con rapidez, pero tus labios sobre los míos, me obligaron a beber de aquella agua bendita, no quería, no podías, pero lo hiciste, Elenai ¿Por qué? Porque darme la oportunidad de vivir, vivir sin ti, me jure que buscaría como regresarte de nuevo, sembré la semilla que me diste, el bosque volvió a surgir, lo he protegido sabes, y cuando regreses te gustara, sé que te gustara. El tiempo pasa, de que me sirve ser inmortal si no estas conmigo, te quiero ver, te necesito Elenai, logro entrar en la capital de los muertos, sé que estas aquí, en algún lugar, esperando, mi corazón late con desesperación ante la idea de verte una vez más, recuerdo tu risa angelical y mi pecho se llena de vida, hace tanto que no sentía esto.
-¡ELENAI!- grito tu nombre con desesperación-¿Dónde estás? Ven a mí-suplico de pie en medio de aquel lugar donde no hay nada más que pilares de cristal.
-Ban-tu aliento acaricia mi rostro al pronunciar mi nombre.
Estas aquí, te veo tan hermosa con tu vestido blanco, tus alas se mueven con gracia para mantenerte a mi altura, tus ojos dorados brillan llenos de emoción, una sonrisa se extiende por tu rostro y mi corazón martilla sin control ¿Cuánto te extrañado? ¿Cuánto anhele tenerte frente a mí? Me duele saber que no durara, que a penas será un instante en el que mis manos te puedan tocar, mi hermosa Santa Elenai, quiero que cada segundo que pase a tu lado valga la pena, quiero quedarme contigo, pero no puedo.
Tus labios suaves, se unen a los míos, mis lagrimas resbalan sabiendo que te perderé de nuevo, no quiero, no quiero, y te rodeo, te abrazo fuerte pegándote a mí, como si con ello te retuviera, como si bastara, tu boca da paso a mi lengua, te quiero, te quiero, grito en silencio, mientras tus manos se enredan en mi plateado cabello, un leve gemido escapa de tu labio, suspiro embriagado por tu sabor celestial, eres Santa en todos los sentidos, y yo, un maldito pecado que te quiere profanar, ardo de deseo por ti, quiero poseerte, quiero, te quiero.