CAPITULO TRES

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No conté cuantas veces hicimos el amor ese día, pero debieron ser varias tomando en cuenta que solo salimos a almorzar y cenar y que al siguiente día estaba tan cansada y adolorida que me fue casi imposible levantarme.

Comenzaba el día tres.

- Por favor – Supliqué a Rosé mientras colocaba mis brazos alrededor de su cintura. Ella estaba intentando levantarse, pero mi peso sumado con su propio cansancio no se lo permitían-. Cinco minutos más...

- Eso dijimos hace cinco minutos, amor -Bostezó-. Tenemos que desayunar.

- Por favor. Estoy cansada... Y todo por tu culpa – la acusé.

- ¿Mi culpa? – Preguntó intentando fingir estar ofendida – Fuiste tú quien quiso continuar luego de la cena.

- Sí, pero tú empezaste todo esto – Me justifiqué-. Y eres tan jodidamente sexy que no pude resistirme -Agregué. Habría hecho algún tipo de movimiento tentador de no haber estado tan estúpidamente cansada.

- ¡Roseanne Park! - Escuchamos gritar a Nayeon tras la puerta mientras la golpeaba con todas sus fuerzas. Para ser una chica bajita tenía una voz bastante intimidante cuando estaba enojada- ¡Más te vale sacar a tu novia de allí o iré yo misma! -Amenazó- ¡Tengo hambre! – Lloriqueó finalmente.

Creo que sus amenazas fueron suficiente para Rosé, pues en menos de lo que pensaba ya se había levantado y estaba vistiéndose. Ella me ayudó en la tarea, y sé que se esforzó mucho, pues su especialidad era desnudarme.

- ¡Buenos días, Chaesoo! -Nos saludó Jennie con una sonrisa- ¿Tuvieron una buena noche?... Sé que sí, las escuché...

Me sonrojé de inmediato y miré el suelo con nerviosismo.

- ¿Podrían pensar en nosotras la próxima vez? -Preguntó Nayeon. De inmediato abrí los ojos, y Rosé hizo lo mismo que yo. Estábamos sorprendidas por su petición- ¡Ew! ¡No de esa forma! Lo que quise decir es que no pudimos dormir bien porque los gritos de ustedes dos se escuchaban hasta en la Antártida... ¡Y ahora llegan tarde a comer!

- Lo sentimos – Murmuré suavemente.

- Lo único que sentiste anoche fue a Chaeyoung en...

- ¡BASTA! – Exclamó mi novia-. Es hora de comer, no de hablar.

Y Jennie solo le hizo caso porque ella también tenía tanta hambre como Nayeon.

Rosé fue a hablar con Lili, quien estaba en un rincón del lugar comiendo los emparedados que nos habían dado. No creo que Lisa le haya dicho una sola palabra, pero Jennie, Nayeon y yo la vimos sonreír.

- ¿Ni una palabra? – Pregunté- ¿Ya intentaron hablarle de Dua Lipa o...?

- Yo lo intenté – Murmuró Jennie tristemente-. Ni una palabra.

- ¿Y no intentaron conversar con ella sobre sus sentimientos o...?

- Lo intenté, Sabes que soy buena para eso – Dijo Nayeon con melancolía- ... Pero ella solo escucha, Jisoo. Es como si el virus letal le hubiese cortado la lengua.

- Tal vez...deberíamos intentar algo más.

- ¿Algo cómo qué? – Preguntó Jennie con curiosidad.

Les conté mi plan rápidamente, y no sé si aceptaron porque era bueno o porque era el único que teníamos.

Caminamos lentamente hasta donde Rosé y Lisa estaban y nos sentamos junto a ellas. No hace falta decir que yo me coloqué al lado de mi novia, pero sí que me abracé a su cintura y deposité un tierno beso en su mejilla.

Virus Letal | (CHAESOO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora