Prólogo

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Habían pasado dieciséis años desde que los Crowell, los Collins y los Miller llegaron a la casa de campo en busca de refugio y de seguridad

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Habían pasado dieciséis años desde que los Crowell, los Collins y los Miller llegaron a la casa de campo en busca de refugio y de seguridad.

Su principal misión siempre fue mantener a salvo a sus hijos del peligro y sobre todo, prepararlos para cualquier situación riesgosa que les pudiera ocurrir.

La tarea pareció estar cumplida durante gran parte de su estadía en el campo hasta que un día, en la soledad de la noche mientras todos dormían, se escucharon disparos.

Aquel suceso fue el desencadenante de las próximas inseguridades de la zona en la que estaban viviendo y todos los pensamientos de tranquilidad y de seguridad que tuvieron en un principio, se terminaron de esfumar con los rumores de vandalismo que se habían comenzado a divulgar.

A raíz de todo lo sucedido y de los incidentes extraños que no tardaron en llegar, no les quedó otra opción que implementar medidas para sus hijos mientras planeaban qué hacer con sus vidas porque tenían claro que ese lugar, ya no era seguro para ninguno de ellos.

Terminaron optando por reunirse todos juntos en la casa de los Crowell para tomar una decisión final.

El día pactado resultó ser una tarde fría en la que todos llegaron puntuales pero mientras conversaban de los posibles destinos, unos golpecitos provocaron que todos llevaran la mirada hacia la puerta.

Alina fue la que se acercó y miró por el lente de la puerta, pero extrañamente no vio a nadie.

Solamente se encontró con una carta que habían deslizado por debajo de la puerta.

Al levantarla y abrirla, no pudo evitar quedarse sorprendida y sin aliento.

Era una foto de ella con una cruz en todo su rostro.

Su padre al ver la reacción de su hija, se acercó a ella y vio lo que tenía en sus manos y fue ahí cuando comprendió que no tenía sentido buscar otro lugar.

Ya no importaba, los habían encontrado y aunque buscaran cualquier otro maldito lugar en el otro lado del mundo, tarde o temprano los iban a volver a encontrar.

Aquella carta había sido una clara amenaza que no podían pasar por alto porque si comenzaron con Alina, quizás Aiden, Alice y Ethan sean los próximos en su lista.

Hunter al llevar nuevamente la mirada hacia la foto de su hija sintió que había llegado el momento, el momento indicado para regresar al lugar donde vivió gran parte de su adolescencia, aquel lugar donde todo comenzó y que nunca finalizó.

Estaba convencido de que debían volver y jugar con las mismas cartas que los que les jodieron la vida, porque si, también estaba convencido que esto estaba absolutamente relacionado con ellos. Se habían metido con su hija y eso a Hunter no le hacía ninguna gracia.

Mientras siguió batallando con sus pensamientos, todos en la casa estaban expectantes. No entendían qué era lo que había provocado aquella reacción en Alina y la furia de su padre. Sin embargo, no les dio tiempo a preguntar nada porque sin más los miró, y con toda la seriedad y frialdad que lo caracterizaba cuando algo lo enfurecía, les habló.

-Regresamos a Boston.

Aquellas palabras hicieron que Luke, Dimitri y Hunter cruzaran miradas porque sabían que al salir del campo, iban a dejar atrás el papel de familia tranquila y de bajo perfil que habían construido durante todos estos años para volver a ser ellos mismos, unos malditos demonios con todos los lujos.

Madison, Elena, Aurora y Marie los miraron para luego mirarse entre sí y sin decir ninguna palabra, todas parecieron leerse el pensamiento: ya no había forma de hacerlos cambiar de opinión porque ellos, iban a volver al ruedo y no había nada que pudiera detenerlos.

DESTINO #4 (Próximamente 2022)Where stories live. Discover now