Christopher Bang es un cazador que mata por dinero. Un alfa feroz y dominante, intimidante para unos, mientras otros lo visualizan como un dios griego.
Como un alfa tan dominante tratara a un frágil y delicado omega.
-Me has secuestrado
...
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–Jeongin no lo repetiré una vez más– Su madre invadió su habitación, con gritos sonoros.
El pequeño Jeongin de 7 años se sentó en su cama un poco pesado. Era demasiado levantarse temprano y fingir una buena cara, una al menos que le agradara a su madre.
–Ya es demasiado tarde para que estés durmiendo aun, tus noonas ya se han levantado, tú eres el único que sigue de perezoso– su madre le arrebato la cobija de un tirón
Jeongin se levanto tallando sus ojos –Me disculpo por mi comportamiento inapropiado madre, no volverá a suceder– realizó una reverencia hacia su madre en forma de disculpa
–Eso espero– su madre avanzo hacia la entrada. Antes de cruzar la puerta, se dirigió hacia el, con un tono decepcionante –En qué momento llegue a tener un hijo omega como tú, eres una decepción–
A Jeongin no le sorprendían esas palabras y menos de su madre, no la culparía, en el fondo el sabe que su madre es buena y muy débil, solo el reino la a enseñado a vivir de esa forma.
El omega se cambio de ropa, y se coloca una túnica blanca y delicada. Lo hacía ver hermoso.
Jeongin sale de su habitación y saluda a todos los sirvientes con buena cara. Era el ultimo en llegar a la mesa real donde comía toda la familia, o al menos los que estuvieran, cuando tomo asiento su padre lo observo con una cara de desaprobación.
–Y dime hijo, cual es la relación de nuestra familia con el Reino vecino, apuesto a que es buena– La abuela Yang le pregunta a su único hijo.
–Lo es, e establecido una táctica para unir ambos reinos– El ahora Rey cruza sus manos debajo de su barbilla
– Y cual es hijo– Pregunto el padre del Rey
–Ya lo verán–
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–Jeongin, Jeongin, hijo donde estas– La abuela Yang buscaba a su nieto por el jardín del castillo, en si era la única que lo quería y le demostraba su amor
