❁ཻ Parte única.

5.3K 515 328
                                    

Los pasos resonaban por las calles de Mondstadt. El ‹Capitán de Caballería› caminaba al lado del chico rubio, cuyo nombre era Aether, o más conocido como el ‹Caballero honorario›.

Las calles estaban extrañamente desoladas para ser la tarde del Viernes. Lo más normal sería que el alrededor de la Taberna estuviera llena de gente esperando entrar para ver alguna función de algún bardo o simplemente tomar algunas copas, mientras los pocos niños fuera seguían corriendo y perseguían a algún pequeño gato o perro que se cruzara por su camino.

Los faroles parpadeaban y las luces eran tenues; el silencio casi reinaba en las calles de no ser por los tranquilos pero pesados pasos de Kaeya a su lado y el viento corría suavemente a través de las construcciones de Mondstadt.

Un chasquido de dedos del peliazul hizo que Aether meneara la cabeza y volviera a prestar atención a la dirección a la que caminaban.

Bastó con dar una mirada hacia el frente y ver aquella Taberna, extrañamente vacía frente a ellos.

El cartel de todos los días esta vez no mostraba ninguna presentación de un bardo, ni un menú nuevo, ni ningún evento extraordinario. Las mesas de fuera se encontraban totalmente limpias, como si no hubieran sido usadas durante todo el día. Sin embargo, el rubio decidió no prestar mayor atención a estos detalles y siguió a Kaeya, quien abrió la puerta de la Taberna en unos segundos.

Al entrar, el silencio reinaba más que en la ciudad. Un chico pelirrojo estaba detrás de la barra, pasando un trapo de esquina a esquina por la madera.

—Bienve–, ah, son ustedes. —soltó Diluc tras levantar la mirada por unos segundos. Agarró una copa y comenzó a limpiarla con un paño nuevo.

—Vaya recibimiento... Justo ahora tenías que estar tú a cargo de esto... respondió Kaeya. El pelirrojo soltó un suspiro pesado, intentando ignorar aquél comentario.— Bueno, no esperaba mucho de ti.

—Si tanto te molesta, la puerta sigue abierta. Puedes regresar por donde viniste.

Kaeya se acercó a la barra y se sentó en uno de los pisos que estaba cercano a ella. Aether hizo exactamente lo mismo, en silencio. Al parecer, ambos no se caían del todo bien, pero quería evitar hablar para no ocasionar otra discusión.

Diluc pareció voltear a ver al chico rubio sentado al lado del peliazul. Estaba demasiado tenso y callado el ambiente, y no quería dar una muy mala impresión a aquél chiquillo.

—¿Tú eres el ‹Caballero Honorario› del que todos hablan, no? No había tenido oportunidad de hablar contigo, sólo te había visto una que otra vez. —hizo una pequeña pausa, mientras lo miraba fijamente. Luego de unos segundos, negó con la cabeza y prosiguió hablando.— Bueno, ¿qué van a pedir?

—Dame lo más fuerte que tengas.

Aether giró la cabeza hacia Kaeya. Si bien no llevaban mucho tiempo conociéndose, no pensaba que él bebiera tanto o que bebiera algo demasiado fuerte.

—Normalmente diría que no, pero ya que no hay nadie, no le tomaré importancia.

Dejando la copa y el trapo a un lado, Diluc se dio media vuelta, agarró otra copa nueva y mezcló algunas cosas que parecían ser mayormente alcohol. Añadió unos hielos y en unos segundos, dejó el trago frente a Kaeya.

Apoyó el brazo en la barra y se dedicó a mirar al chico que tenía frente suyo.

—¿Y tú?, ¿qué vas a querer? —le dedicó una mirada algo penetrante, como si intentara adivinar todo sobre él en sólo un instante.

❛ un trago de amor. ٬٬ ❪❪ diluc x aether. ❱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora