Las gotas frías de la lluvia mojan mi gabán. Tengo la cara empapada de agua, lo más seguro es que mi maquillaje se haya corrido y ahora parezca salida de The Walking Death.
Hoy no es mi día de suerte, perdí mi celular, dónde no sé, mi cartera es un asco no hay billete que valga la pena...o pena es la que doy.
Mis zapatos llevan un charco dentro, y te preguntarás ¿Por qué camina bajo la lluvia? Fácil, dejé las llaves de mi auto caer por el sanitario de un baño público.
Sigo caminando por el boulevard que se tiñe de otoño. No hay un local abierto y escampar bajo un árbol sería loco, porque como decía mi papá "al que un árbol se aloja, dos veces se moja"
Trato de limpiarme los ojos para ver mejor, pero todo se va a la mierda cuando un auto negro para justo frente a mí, por poco y me atropella.
Hubiese sido mejor, más óxigeno libre.
—¡¿Estás loco, te vuela a azotea o te pica el ano?!—me exsalto ante el conductor que no sale del auto. Pateo las llantas del auto.
Rápido un hombre de gabardina Burberry se baja. Por un momento se me olvida que casi me mata y quiero pedirle matrimonio. Tiene el cabello castaño, un perfil más estructurado que mi futuro, unas cejas de infarto, y su vestimenta...¡Ufff Dioos!
—¡No patees mi auto vieja mañosa!—hasta la voz es de envidiar.
—¡No me atropelles entonces!—levanto mis manos exasperada.
—¡No camines por un Boulevard donde las únicas luces son cada 100 metros!
—¡Tienes ojos para ver a un ser humano caminar!—el hombre se acerca a mi, y logro detallar bien sus facciones, tiene los ojos celestes...o azules, no sé, pero está guapo.
Él suspira derrotado al ver que estoy muy furiosa, o ver que le doy pena, sí lo más seguro es que piensa que soy una indigente.
—Lo siento, vale.—se disculpa, metiéndose las manos dentro de las bolsas del gabán.—Venía con alta música, tratando de buscar el Hotel Tyrell...
—¿Por que buscas el Hotel Tyrell?—la pregunta sale se mi boca sin previo aviso. Veo la sorpresa en su rostro, rápido me tapo la boca con las manos.
Él rie ante dicho acto.
—Busco donde quedarme.
—¿Me llevas a mi casa?—su rostro se torna en muchos signos de preguntas.—Por favor.—le pido.
—¿Como es que llevas unas botas Versace y no tienes coche?
Suspiro cerrando los ojos, no quiero llorar pero al recordar mis llaves junto a la mercancía me dan ganas.
—Es una larga historia.—digo finalmente.
—Bueno...mientras llegamos a tu casa me cuentas la historia.
Mi cara se ilumina de alegría y por un momento empiezo a brincar sobre mis tacones dando pequeños aplausos.
—¿Aceptas llevarme?
—Sí...digo, sí...¿Por que no? No todos los días encuentras una chica linda por un Boulevard...vamos, subete.—camina hasta la puerta del copiloto para abrirme la puerta. Por un momento no quiero subir, estoy mojada y luego...ensucio el auto.—Luego lo lavo, no te preocupes.
Sin rodeos me adentro al auto que huele a...aires navideños...
Canela y manzana.
Lo veo pasar por enfrente para subirse. Medio me mira antes de subir la calefacción. Me rasco las manos entre las piernas...
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INMARCESIBLE
Teen FictionAmor, todos usan esa palabra sin saber en realidad qué significa. Todos pensamos que amamos cuando tenemos mariposas en el estómago, cuando sentimos una atracción hacia esa persona, pero en realidad, nadie sabe lo que es...porque no todos amamos de...