Capitulo 13. Día 18

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=Día 18=

Ya tengo uñas otra vez.
Hoy es un día lluvioso y hermoso, pero no para mí, hoy sigo desnudo y con frío.
No pude dormir por el frío y los zancudos.

El llega...

Yo agachó la mirada, el se queda mirando a la ventana de hasta arriba.
Yo levanto la mirada y lo veo, está bien vestido.

Yo con vergüenza de que volteara trato de cubrirme la entrepierna como pudiera pero no lo logro.
El me dice:
—No tienes porqué avergonzarte—
—No creo, soy el único desnudo aquí ¿verdad?—
El se quedó pensativo, sonrió y dijo:
—Hoy saldremos a mi lugar favorito—
Espero que no sea un puto bar de lunáticos.

Me amordazó y tapo los ojos con una venda, me subió a un auto y viajamos durante 15 minutos.
Bajamos.
-¿Que...es...pasto?-
El me quita la venda...¡Woow! Es un lago, la lluvia cae en mi cuerpo aún desnudo.
Corren las heladas gotas por mi cuerpo y el viento las desvia, me causa mucho frío.

El me ata a un árbol con la vista al lago.
Yo le digo con la voz temblorosa por frío.
—¿Po...Por...Porque...me-me trajiste...a-a-aqui?—
—Creo que enseñarte lo que a mí me gusta te podría ablandar el corazón—
Yo solo tiemblo de frío y lo miro.

El sonríe y camina pacíficamente, como si no le afectará la lluvia.
Entró al agua con ropa y zapatos.

Yo me muevo esperando aflojar la soga, pero lo único que causó es lastimarme con la corteza del árbol.
Decepcionado miro al lago y después la lluvia y la luna.
Por un leve pensamiento mi cara cambio su semblante.
Mi emoción cambio, veo la lluvia que aísla a todos dentro de su casa o guarida, la noche que mantiene a todos dormidos, la luna para iluminar la noche y un lago el cual se llena más y más con la fría y ruda lluvia.
-¿El crecer...avanzar...el evolucionar depende de nosotros?-

Me sigues gustando aunque me causa frío y humedad...mi querida lluvia.
Pasan 10 minutos más o menos y sale todo tembloroso, con una gran sonrisa está empapado, yo solo lo veo como siempre, ganas de matarlo.

Se me acerca y me mira con los ojos entrecerrados.
Yo miro al suelo.
El da un paso hacia mi y repega todo su cuerpo al mío y rodea el árbol dándome un abrazo, yo incómodo le digo:
—Oye...¿Porque me arrimas el paquete?—
El tembloroso me dice:
—Mi intención no es satisfacerme frotándome contigo, solo quiero sentirte con todo mi cuerpo, incluso quisiera también con la espalda, con cada músculo y hueso...pero no es posible así que trato de sentirte con lo más posible que pueda...solo te abrazo—
—Si te gusta eso eso que dices ¡¿Porque no me violaste en vez de torturarme?!—
El me dice como si fuera una conversación común:
—Si te metiera mi pene por tu recto, no lo haría repetidas veces para darme placer, ya te lo había dicho antes, lo que yo sienta no importa, solo importas tu—
—¡A! En ese caso !¿Porque no me jalas?!—

El comenzó a besarme y me dice:
—...¿Quieres que te masturbe ahora mismo?—
Me desató y me llevo al auto.
En el transcurso del camino le pregunto:
—¿De verdad lo harías?—
El sonríe y me dice:
—Si—
—¡¿En serio?!—
—Si, pero tendría que matarte después—
—¡¿Porque?!—
—El deseo sexual cierra muchísimos canceles de la mente y la práctica continua me daría la idea de que tu mente no es tan abierta como creí y así no me sirves—
Cerré la boca.

Llegamos, me encadenó en el suelo, me quitó la venda de los ojos y se fue.
...No comí.
...

Llega un tiempo en dónde no valoras tu vida y tratas de quitarte la.
La falta de atención y motivos te afectan.
Te afectas tanto que no recuerdas esos momentos mágicos, esos de pura felicidad irrazonable e incoherente, que solo te hace sentir bien...

El me muestra que todos los días, horas, minutos, segundos...cada momento, es mágico.

Solo tienes que abrir  tu mente.

EL HUECO EN NUESTRO INTERIOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora