No la puedo dejar sola
Una semana ya había pasado desde que habíamos llegado a la escuela. Luke y yo nos llevamos demasiado bien, tanto que hemos estado haciendo bromas a los demás, en una nos cacharon y nos castigaron, pero eso fue hace dos días.
Ahora mismo estoy yendo a buscar a mi amigazo Luke pues le quería mostrar algo que me encontré en el patio trasero de la escuela.
Una vez que lo encontré fui directo a él, interrumpiendo su coqueteo con una chica.
— Lo siento por interrumpir pero me tengo que llevar a Luke — antes de que la chica hablara tome a Luke por la camisa e hice que empezará a caminar junto a mí
— ¡Llámame después linda! — gritó Luke y pronto salimos de la escuela — ¿En serio lamentas haberme interrumpido?
— No, quiero que veas lo que encontré — llegamos al patio trasero — Mira
— ¿Un gato? ¿Me querias enseñar un gato? —
— Sí, y tú me vas a ayudar a que nadie sepa que estará con nosotros y a cuidarlo — cargué al gatito.
— ¿Yo por qué? —
— Porque compartimos habitación, eres mi amigo... Además, no creo que quieras que la directora se entere de tus coqueteos, ¿O sí? — le di al gato.
— Bien, te ayudaré — me regreso al gato y yo lo miré mal — Tenemos que envolverlo en algo para que nadie lo vea mientras lo metemos a la habitación.
— Luke, dame tu sudadera —
— Oye, si quieres un momento cliché conmigo tienes que ser menos dura —
— No es para eso — me la dió — Idiota — envolví al gatito en la sudadera.
— Vamos a la habitación, allá veremos qué hacemos con el gato —
Ambos empezamos a caminar.
(...)
— ¿Cómo le haremos para cuidarlo? — preguntó él chico mientras se encargaba de cerrar la puerta y yo colocaba al gatito en mi cama.
— Pues no sé, pero tengo que checar cómo le voy a conseguir comida y una camita para que pueda dormir agusto —
Luke se sentó a lado mío — Yo puedo conseguir todo eso —
— ¿Así? ¿Y cómo?, Si no nos dejan salir más que al patio — dije algo molesta.
— De eso no te preocupes por eso, estás hablando con un Ross y un Ross siempre consigue lo que quiere — me reí
— Gracias — lo abrace para después de pararme de la cama, tome un vaso de plástico y lo corte a la mitad, le puse un poco de agua y me acerque al gatito el cual estaba en los brazos de Luke.
— Toma — le di el agua a Luke y este le empezó a dársela al gatito.
— ¿Entonces cómo vamos a cuidarlo? —
— No lo sé, pero... No la puedo dejar —
Las horas pasaron rápido al igual que la cena donde nos dieron pollo y yo guarde un poco para dárselo a mi gatito.
— ¿Es hembra? — dejé de alimentar al gatito
— Si, ¿Por qué preguntas? —
— Porque hace rato dijiste que no la podías dejar, ¿Cómo la vas a llamar? —
— Luli —
— ¿Luli? — ignore su pregunta.
(...)
— Sigo preguntándome... ¿Por qué Luli? — lo miré
— Algún día lo sabrás, pero si eres inteligente dudo mucho que tardes más de un día —
— Eso no me ayudó, incluso me dejó más confundido —
Alce mis hombros.
Ya nos íbamos a dormir y el gatito dormiría conmigo hoy.
— Liv —
— ¿Si, Luke? — ambos nos miramos, cada uno acostado en su cama
— ¿Yo te caigo bien? — sonreí
— ¿Todavía preguntas? —
— Si —
— Pues... Sí, si me caes bien —
— Descansa Liv — dijo sonriendo
— Descansa Luke — él apagó la luz y nos dormimos
Unas horas después sentí como me movían todo el cuerpo y no me quedo de otra más que abrir los ojos.
— Hasta que despiertas —
— ¿Por qué demonios me despiertas? — me tape con la cobija hasta la cabeza
— Te tienes que parar, hoy ya tenemos clases — Me pare rápido de la cama
— ¿Qué hora es? —
— Son las siete con cuarenta —
— Madres, me cambio rápido y nos vamos — agarré ropa y me metí al baño — Por cierto, ¿Cómo es que estás despierto antes que yo?
— Es que me desperté porque tu gato se subió a mi cama y me despertó — salí del baño
— Bueno, eso es lo de menos, vamos por una fruta a la cocina y de ahí nos vamos a clases — ambos salimos de la habitación e hicimos lo que dije