Yo no pedi tu ayuda.

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Satine
Estoy convencida de que la realeza no es mas que un circo, el rey y la reina solo sirven para posar y sonreir, sin embargo no hacen nada por aquellos que realmente lo necesitan, tomo mi arco con fuerza mientras escucho los comentarios de Lady Covington,  alabando a esa bola de payasos y brinda los ultimos detalles de la realeza y de la alta sociedad.
Lady Covington es una señora de la alta sociedad y una vieja clienta de mi madre, de vez en cuando madre le hace vestidos hermosos, los cuales son muy bien pagados, nos viene bien para hacer las compras.
Me presento soy Satine Cassidy, provengo de una familia humilde y de clase baja, mi madre es costurera y mi padre nos abandono hace unos años, al morir de una fuerte enfermedad. Se preguntaran porque odio tanto a la realeza de Brixtown, bueno, pues porque veo a diario como la gente sufre en la pobreza, mientras ellos se regadean haciendo fiestas cada noche con la alta sociedad. Todos los reyes pasados solo se han preocupado por mantener la dinastía, pero nunca han dado realmente atención a sus súbditos mas humildes.
Sigo escuchando las falacias y alagos de Lady Covington, esta vez dirigidos al Príncipe Damián, nunca le he visto, pero ya me cae mal con solo ser parte del circo real. Tomo mi arco y salgo de la casa, me monto en mi caballo Ruffo, mi fiel amigo, lo encontre perdido en el bosque y luego de unas manzanas nunca mas se separó de mi. Cabalgo hasta el bosque con Ruffo, justo hasta el río, una vez ahi saco mi arco y un flecha y apunto directamente al rio, hoy estoy de suerte dos peces de un solo, luego busco el árbol de manzanas junto al río y apunto una nueva flecha, luego de 3 flechas tengo 3 deliciosa y rojas manzanas, esto bastara para la cena.
Camino un poco a la par de Ruffo a la orilla del río, para permitirle tomar agua, cuando de repente una serpiente se cruza frente a nosotros, Ruffo se pone loco y no logro controlarle, cuando de pronto una daga plateada cae justo sobre la serpiente, cortandola a la mitad.
-oh, bonito- escucho una vos grave y debo decir sexy detras de mi, volteo para conocer al misterioso hombre detras de esa voz y debo reconocer mi salvador.
Me encuentro con un chico alto, moreno, ojos oscuros y profundos y  unos labios carnosos, el chico es realmente apuesto.
- ¿estas bien?- le oigo preguntar, yo me limito a sentir con mi cabeza y tratar de tranquilizar a Ruffo, quien aun sigue algo agitado.
- ¿No hablas? Un gracias tal vez?- madre dice que no debo charlar con extraños, aunque técnicamente el acaba de salvarme. Sonrió y lo miro a los ojos
-Gracias- digo tímida. El me analiza de pies a cabeza.
- y ¿qué hace una chica tan bella y frágil como tu sola en el bosque?- pregunta coqueto, sera condenado.
- No soy frágil, para que lo sepas puedo usar el arco y se de artes marciales- digo molesta y altanera. El chico lanza una carcajada.
- tranquila fiera, ya veo que eres mas peligrosa que esa serpiente- dice con sarcasmo.  - mira acabo de salvarte, me lo puedes recompensar con un beso-
Esta vez es mi turno de reír,me siento furiosa por su atrevimiento, ni siquiera le conozco, rápidamente me subo a mi caballo y una vez arriba le contesto
- En primera, yo no beso sapos tan fácilmente y en segunda No pedi tu ayuda-  luego me voy a trote rapido.

SatineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora