Cap. 1

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Louis estaba sentado en un rincón del sótano de su nueva casa, el lugar  no era grande, más bien era más pequeño que cualquier sótano de cualquier  casa de los suburbios, tenía solo un escritorio pequeño de madera y una silla haciendo juego. Un armario a su derecha y una pizarra pegada en la pared, donde ponía todas sus notas y bocetos.

  Era muy raro verlo salir, solo los domingos para ir a la iglesia, Louis claramente no era lo que aparentaba, aquel que entrara a esa casa, en solo un instante se daría cuenta de que no era para nada amable, ni inofensivo.

   El sábado 13 agosto, Louis se dirigía a al pueblo vecino para eso tenía que cruzar la carretera por el bosque. Mientras conducía se encontró con un hombre, sin camisa, haciendo señas para intentar atraer un auto. Este muchacho, musculoso y bronceado era Miles Hicks, un muchacho de 19 años, quien estaba de excursión, cuando accidentalmente se perdió. Louis se detuvo, al costado de la carretera, el muchacho subió al auto, y antes de que Louis pueda siquiera mirarlo salió de la boca del menor un GRACIAS, muy alto y amistoso.

-Soy Miles.- Dijo el joven

-Louis.- Louis lo miro de arriba abajo, de verdad le gustaba este hombre.

-Gracias por llevarme, no pasan muchos autos por aquí.- Miles tenía una sonrisa hermosa, era un joven muy dulce.

-No hay problema.-Louis se limitó a contestar.- Que tal si vamos a mi casa por unas cervezas, te duchas y descansas un poco.- Dijo, obviamente necesitaba un baño, y descansar. Miles no lo pensó dos veces.

-¡Claro!.- Sus ojos se iluminaron, de verdad necesitaba descansar, y Louis parecía un hombre muy agradable.

Pasaron el viaje hablando de sus intereses. Bueno, Miles se pasó el viaje hablando, Louis metía una que otra palabra en la conversación.

Cuando llegaron a la casa del mayor, Miles se bajó del auto miro con ojos muy abiertos todo el entorno, las casas todas iguales, grandes, blancas y hermosas. Muchos niños jugando.

-Por aquí.- dijo Louis mostrándole la puerta.

-Que linda es tu casa.- Dijo el menor con una linda sonrisa.

  Seguramente Miles no tenía idea que Louis era bastante mayor que él. Louis no aparentaba 27 años, era pequeño, y con unos ojos azules tan hermosos que aparentaban los de un niño.

-Ven, te enseño el baño.- Dijo Louis tomando la mano de Miles.

Miles miro su mano, de verdad le gustaba Louis, era muy hermoso, y, maduro. No como cualquier hombre que solo quiere sexo.

Después de que Miles tomó una larga ducha, tomó ropa de su mochila, se vistió y bajo la escalera, topándose con Louis en la cocina, quien veía muy concentrado una cuchilla de cocina, como si fuera una hermosa joya.

-Eh, y, ¿cómo me veo?- Dijo miles, dando una vuelta. Sin duda era más hermoso cuando no tenía tierra en su cara. Era más alto que Louis, ojos almendra, pelo castaño, un poco más claro que el de Louis, y una sonrisa muy muy hermosa.

-Te ves bien, muy bien.- Dijo el mayor, mirándolo de arriba abajo, mordiendo su labio inferior

Ambos muchachos se dirigieron al gran sillón de la sala, con un pack  de latas de cerveza.

Bebieron mucho, llegaron al punto de hablar cosas sin el menor sentido. Ambos comenzaron a besarse con mucha pasión. Louis le quito la camisa a Miles, quien no dejaba de besar la tentadora boca del mayor.

Louis despertó con un horrible dolor de cabeza, vio que Miles ya no se encontraba en el gran sillón a su lado, subió las escaleras, y encontró al muchacho tendido en su cama, se le notaba la borrachera hasta dormido. Louis no podía recordar nada de lo que había pasado aquella noche.

Miles despertó, y vio a Louis mirándolo fijamente, solo se limitó a regalarle una sonrisa y una risita traviesa, por la resaca no se dio cuenta de que Louis lo miraba fijamente, Louis estaba decidido a no dejarlo ir.

Cuando Miles Hicks decidió dejar la casa del mayor Louis se volvió loco, no quería dejarlo ir, lo quería para siempre con él.

Comenzaron a discutir, Miles solo quería ir a casa.

-No te puedes ir.- Dijo Louis con vos dura y fría, tanto que si Miles hubiese estado sobrio no dudaría en escapar.

-Louis, tengo clases en dos días, mucha resaca y quiero descansar en casa, además mis padres debes estar muy preocupados.

Louis odiaba la palabra “padres”  solo escuchar esa simple palabra era el click  para que él tuviera las horribles imágenes de su madre drogada, golpeándolo y siendo violado por el novio de su madre.

Louis le dio un golpe a Miles, quien cayó al suelo. En ese instante intento defenderse, pero, no lo logró. El mayor  lo golpeó repetidas veces con un palo de golf que tenía como decoración al lado de la chimenea. Al ver la sangre brotando de la cabeza de Miles, Louis entendió que debía parar. Arrastró el cuerpo hasta la cocina, donde tomó un cuchillo eléctrico. Y en ese momento, comenzó a cortar el cuerpo del joven Miles Hicks. Lo puso en unas bolsas negras y lo llevó hasta la cochera, puso las bolsas con el cuerpo de su víctima en la parte de atrás y lo llevó al bosque. Pero, antes de llegar a destino, un policía le pidió a Louis que detenga el auto.

 Este le hizo caso y estacionó el auto al costado del camino; el oficial se acercó a la ventanilla, saludó cordialmente a Louis y le pidió la documentación correspondiente, este accedió y le mostró al uniformado todos los documentos y papeles necesarios. Antes de irse, el policía miró el auto y preguntó:

-¿Qué lleva en las bolsas?- dijo, y señalo con la linterna a la parte trasera del auto.

-Basura, que voy a tirar al vertedero.- Dijo amistoso.

-Bueno, que tenga buen día señor.- Dijo el hombre y dejo seguir a Louis por aquel camino.

Louis lo miró por el espejo retrovisor mientras se alejaba.

     Llego al destino, bajo las bolsas de su auto y las tiro al enorme poso en medio del bosque. Louis Tomlinson había cometido su primer homicidio. Comenzó a reír, solo, con un enorme placer que recorría su cuerpo.

 

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⏰ Última actualización: Feb 06, 2015 ⏰

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My dirty little secret [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora