Capítulo 1

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Auron caminaba hacia casa de Merlon y aunque estaba cansado de su viaje de trabajo tenía que ir ya que el viejo verde estaba muy preocupado y eso era muy malo. Llegó tras un par de minutos, empezó a tocar la puerta con desespero, sorprendiéndose al oír unas risas infantiles dentro del lugar.

-¡Viejo verde! ¡¿Qué haces con niños en tu casa?! ¡¿Cometiendo pedofilia?!

La puerta en ese momento se abrió dejando ver a Merlon el cuál tenía ojos cansados y dijo:

-No, Sr. Auronplay, cuido de lo que ahora es su trabajo.

-¿Eh?

El anciano suspiró caminando hacia dentro de su casa, dejando pasar al contrario. En la cocina se encontraban dormidos 7 niños, todos muy parecidos a sus amigos.

"Que casualidad" pensó el de mecha amarilla.

En el salón se encontraba un niño de alrededor 5 años, saltando sobre los sofás mientras que reía. Al darse cuenta de la presencia de los dos mayores, se sentó rápidamente en el sofá, apartando su mirada, no dejando ver sus preciosos ojos amatistas.

-Héroe Vegetta, por favor, contrólese - habló el calvo del lugar, haciendo que el menor susurrara un pequeño "Lo siento señor Merlon".

-¿Qué cojones está pasando aquí Merlon? Mira, yo no me quiero meter en su vida, pero, la pedofilia está mal, muy mal.

Merlon suspiró antes de decir:

-Estos son los héroes, sus compañeros, ellos como tu ya sabes estaban en una misión a la cual no pudiste ir por encontrarse ausente. Hace 1 hora Los Dioses los trajeron aquí y dijeron que sería tu misión cuidarlos y encontrar la cura.

-¿Espera? ¡¿Qué?!

-Sus compañeros no sabemos porque han sido convertidos en niños pequeños, se que es difícil de aceptar, pero es su misión cuidarlos hasta que usted encuentre la cura.

-¿Pero cómo coño voy a cuidar a 8 niños irresponsables que no hacen más que molestar? Lo siento Merlon, pero esta es tu misión no la mía.

-No lo es, Los Dioses dictaron que sería la tuya. ¿Acaso los vas a desobedecer?

-Ok... Me los llevaré- dijo Auron malhumorado.

-Perfecto- contestó Merlon riendo internamente ya que le caía mal el menor y le había encomendado una misión que no era suya en verdad - Los iré despertando, tu quédate aquí y ve convenciendo al héroe Vegetta, tendrás que llevarte al héroe Willyrex dormido, no sabes cuánto me ha costado que dejara de gritar que le iba a violar.

Auron rodó los ojos acercándose a él de ojos amatistas el cuál le miraba curioso, pero, algo desconfiado.

-Mira Vegetta, hagamos algo, vente conmigo y te dejare saltar en el sofá, ¿ok? No cómo el calvo supremo que te estaba cuidando.

-No.

-¿Cómo que no? - preguntó el psicólogo del pueblo fingiendo enfado haciendo que los ojos del menor se llenaran de lágrimas y empezara a llorar.

-Lo si-siento, iré contigo, solo no me hagas daño...

-Tranquilo, está bien, no te voy a hacer daño, ¿qué te ha hecho pensar que te haría daño Vegetta?

-Na-Nada... Lo siento.

-No hace falta que te disculpes, venga vamos - susurró el mayor dándole la mano al pequeño y empezando a caminar hacia la puerta.

-Vale... Lo siento. Ya no lo diré más si es así como lo quieres...

-No, no, tranquilo, tú puedes decir lo que quieras.

Pequeños KarmaliensesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora