Prologo

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Era medio día y el sol se sentía quemar sobre mí piel y la ropa negra no ayudaba mucho para los 34º C que hacían, paseaba por mi ciudad cuando de la nada.

- Hola amiga ¿por qué esa cara? , ¿Qué no eres feliz? dijo un tipo muy animado.

- Me muero de felicidad no lo vez. Respondió irónica al joven que la miraba mientras caminaba.

- Tu exterior rudo solo es una coraza debajo de esa actitud acida y mal genio se encuentra una persona buena.

- Pues ahí se quedara un tiempo y no creo que tú la llegues a conocer.

¡No necesito un Psicoanálisis yo sola puedo hacerlo que se creé este tipo! pensó mientras pasaba de largo de aquel joven que parecía vendedor de seguros que portaba un pin de pare de sufrir, el seguía diciéndole cosas que no alcanzo a escuchar gracias a los audífonos que se acomodaba en ese momento.

Otro merolico van tres desde que llegue no aprendo a no pasar por donde hay ese tipo de gente. Suspiro era su ultimo día en la Ciudad después de llevar los últimos papeles de titulación a su Universidad por fin tenía un tiempo de ocio así que siguió caminando por la calle hasta que se topo con una pequeña librería, la cual parecía agradable y decidió entrar a buscar algo para su colección, el espacio era amplio y el techo alto de la construcciónayudaba a que el lugar fuera fresco y agradable a comparación de se dirigió a los estantes siguiendo la clasificación hasta que encontró terror, ficción, misterio, fantasía y sobre natural su lugar favorito en las librerías.

Encontró los fastidiosos volúmenes de diario esa saga de vampiros con brillantina, -demasiado para mi- pensó y continuo su búsqueda entre los libros algo interesante por alguna razón encontró un título intrigante con sus géneros predilectos.

El amor y la pasión pueden desbordarte hacia un terrible caos decía la sinopsis la carne llama a la carne y el deseo puede ser más que animal. Tomo el libro y otros dos títulos para dirigirse a caja donde se encontraba una joven de no más de 20 años aunque parecía tener más, ella leía una revista de esas para niñas vacías increíble que trabaje en una librería y le guste la basura.

Lo primero que hizo la chica fue barrer a Margo con la mirada y después examinar los títulos de sus libros como si contuvieran roña.

Margo puso cara de descontento y se sentía capaz de regalarle una foto si así lo quería, con el dinero enfrente de la chica cajera la saco de su escaneo.

- Me puedes cobrar llevo prisa. Dijo en modo sarcástico inquinando la cara hacia la derecha. 

- Oh, si claro perdona es que... Dijo la cajera tartamudeando poco en voz baja haciéndose más del delito.

- No importa ya estoy acostumbrada. Suspiro  y sí que lo estaba su vestimenta siempre llamaban la atención era clásico de una persona con un conocimiento mínimo de las clases urbanas, pero que esperaba de alguien que lee Cosmopolitan.

Se dirigió a la salida para buscar un buen lugar donde leer sus novelas encontró un pequeño parque a unas cuadras de ahí, se situó en la comodidad de una banca y recordó que solo podía estar poco tiempo, pues en su casa la estarían buscando por salir de improviso sin avisarle a su madre sin importarle los reclamos que después afrontaría, leyó un par de hojas hasta que el sonido del teléfono celular la distrajo , mierda ya era tarde y la llamaba su madre salió volando con todo y sus cosas lo mas rápido que pudo mientras contestaba y decía que ya iba en camino mínimo 20 minutos dijo a su madre y tomo un camión que por suerte estaba esperando el siga, justo a tiempo pensó y guardo el celular en su linda y peculiar bolsa de ataúd .

Al llegar a casa recibió su respectivo sermón por salir sin avisar mas nada por su forma de vestir, antes de que continuara se fue a su cuarto no tenia ánimos de pelear, lo único es que no miro que había comprado libros si no aun estaría hay aguantando los reclamos , cerró la puerta de la habitación tenía mucho que no estaba en su casa dejando recuerdos y memorias del pasado, solo pasaría la noche hay así que tenía que juntar su maleta y las cosas que quisiera rescatar de la habitación ya que no regresaría hasta dentro de mucho tiempo.

Mañana viajaría de regreso su amiga la esperaría en la central de autobuses, vivía junto con ella y su novio, era su mejor amiga y ya quería regresar tenia bastantes pendientes en la galería en la cual trabajaba, presentaciones de artistas emergentes, poetas y literarios en su mayoría aunque también se daban algunos talleres en los que siempre está a cargo de coordinar y supervisar para que todo saliera perfecto. Un ruido cerca de su puerta la distrajo alguien estaba a fuera así que fue a ver, salió del cuarto y se encontró a su hermano.

- Hola extraño, pensé que no te vería has estado muy ocupado. Dijo con una mueca los horarios de su hermano eran undesastre solo llegaba a dormir y parecía zombi haciendo las cosas en automático.

- ¡Margo! Por fin te veo que a pasado en donde vives, como te va en tu vida con Eluvi, le decía con animada mientras la abrasaba.

Su hermano era mucho más alto que ella 190 ya era muy alto para su estatura de 1.65 estaba pequeña comparado con el.

- Frank Suéltame no respiro le dijo antes de que la sofocara más y la levantara del suelo.

- Lo siento fue por la emoción dijo riéndose son muy pocas veces las que nos vemos, vamos a la sala tengo cosas que contarte.

Pasaron el resto de la tarde poniéndose al día en cuestiones de su escuela, el trabajo y la vida en sus respectivos mundos en desorden, después se despidieron puesto que no sabría cuando lo volvería a ver pero seguirían en contacto por si quería visitarla alguna vez así que cada uno fue a su habitación mañana tenía que terminar la maleta para salir en el auto bus de las 11:00 am y llegar a su destino más tardar 2:50 pm, salió de su habitación a buscar algo ligero para cenar en la cocina todo estaba en calma no está su madre para retarla.

Así que aprovecho ceno tranquilamente para lavarse los dientes e ir por fin a dormir, era extraño pasar la última noche en su antiguo cuarto aunque su madre ya la había empezado a usar de bodega y su ropero ya tenía cosas que no usaban cotidianamente en su casa, la caja de adornos de navidad, ropa de fiesta, y los edredones extras ya ocupaban su ex dormitorio, lo único es que la primera vez que dejo su cuarto se puso llevar la mayoría de las cosa por que en un descuido las tirarían sin su consentimiento, solo habían quedado algunas cosas que ya había empacado y podrían atiborrar el cuarto como se les diera la gana.

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