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Entre el Puerto del Manzanal y el Puerto de Piedrafita, entre las nubes, el monte, las heladas, y la lluvia, eso es lo que nos hace especiales.
Siempre nos crio alguien que no eran nuestros dos padres. Bien jóvenes, uno de los dos nos falto, nos enseñaron desde pequeños a que esta vida no es fácil, a que cualquier día te puede pegar en las costillas sin guantes.
Nos enseñaron a comernos las oportunidades nada más verlas, a no dejar ni los huesos, a salir a delante con lo que fuera.
En esta olla a la que llamamos hogar, ya no hay futuro de ningún tipo, por mucho que nos queramos aferrar a este sitio, no hay manera de prosperar en el sin un trabajo precario, que no nos deja ni salir de casa de la abuela.
Apagamos la realidad con tranquilizantes, alcohol, marihuana y tabaco, mientras las 10 empresas que aun quedan en la zona, después del final del carbón y el hundimiento de la economía regional, se aprovechan de nosotros, pasamos el día a día como bien podemos.
Pero hoy, subido a esta montaña, con el pop punk reventando los altavoces, con los dientes y las uñas afiladas, nos preparamos para que nadie nos coma el plato, saldremos hacia arriba, aunque estemos sumidos en el peor de los hoyos, juntos o separados.
Nos criaron para morder y agarrar  todas las oportunidades, así que créeme, por la Geli, por Mero, por Mariluz, Manolo, por Luis, por Demetria,  por Belén. No hay pandemia que nos pare.

No te pongas en el medio, y observa como los niños del FSD, con la mascarilla en el cuello, y el cigarro que nunca se sale de su boca, se comen el presente con la mirada fija y la vida para disfrutar.

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⏰ Última actualización: Jan 21, 2021 ⏰

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