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—Buenas tardes —la voz delgada de Jungkook llamó la atención de todos, una escena sencilla y rutinaria, se había convertido en una entrada triunfal.

—Hola Jungkook, usamos la cocina, espero que no te moleste —Hoseok tomó la palabra, después de unos segundos, que le parecieron eternos, donde nadie hablaba—. Nos iremos una vez que comamos. ¿Quieres unirte?

—Esta bien —Jungkook asintió, se notaba nervioso y sin saber que hacer o que decir— ¿Cómo estás? —pregunto a Taehyung, su aún esposo, desvío la mirada hacia Hoseok, parecía que había interrumpido algo, se percató que el ambiente estaba tensó, desde antes que llegara.

—Bien, acabo de salir hace un par de horas, no tengo otro lugar a donde ir, espero que no te moleste que me quede.

—Compramos este departamento juntos, también es tuyo así que no tengo porque molestarme —mencionó, camino hasta la isla, cerca de Taehyung y tomó un banco, entonces se sentó a su lado, pero no lo miró, su vista también estaba dirigida a Hoseok y a la madre de Taehyung, que se movían por la cocina terminando la comida—. ¿Puedo ayudarles en algo?

—No hace falta, estamos a punto de terminar —respondió Hoseok, tomó algunos platos y se dirigió a la mesa principal, ordenandolos para empezar a comer.

Casi nadie habló durante la comida, evidentemente incómodos, de vez en cuando Jimin trato de romper el silencio, hablando con su madre de las compras que harían para la despensa de la semana, cuando eso no funcionó, trato de hablar con Hoseok, preguntándole acerca de su trabajo, pero sólo recibió como respuesta un: "va bien, no me quejo". Entonces decidió hablar de su vida romántica.

—¿Y para cuando se casaran?

Hoseok le miró y sonrió, ella pensó que no respondería, pues noto su incomodidad cuando la escucho.

—Aún estamos viendo la fecha, obviamente será en un país extranjero pero Estados Unidos queda muy lejos.

—Eso quiere decir que no planeabas invitarme desde un principio —Taehyung dijo, evidentemente molesto.  Hoseok le miró atentamente,  no es que pudiera hacer algo. Si quería considerar invitar a Taehyung a su boda entonces no se casaría en los próximos cuatro años.

—No es que pueda hacer algo al respecto Tae, ¿Si pudiera lo haría?, pero no esta en mis manos que puedas salir del país, voy a apelar para que puedas desplazarte por toda la ciudad, pero salir del país es imposible. No puedo seguir deteniendo mi vida.

Sabía que sus palabras fueron duras, lo supo al ver la mirada dolida de su mejor amigo, pero había sido sincero, cuando Taehyung no dijo nada, se arrepintió. Por lo que, Hoseok harto de toda esa situación, limpio su boca y sus labios, entonces se levantó del asiento y se disculpo.

—Tengo que regresar al trabajo, nos vemos cuando estés de mejor humor. Adiós Jungkook, adiós señora Kim, Jimin, que pasen bien día.

Sin esperar a que Taehyung o Jungkook le abrieran la puerta, se retiró.

—Has sido muy grosero con él hermano —Jimin declaró con un puchero—. Cuál es el problema, si se quiere casar, ¿no es que tenga que pedirte permiso?

Taehyung sonrió de lado.

—Quién pidió tu opinión, no seas metiche, son nuestros asuntos —sermoneo.

—Será mejor que no te metas entre ellos —Jungkook dijo a Jimin — cuando se enojan, son como niños inmaduros, los conozco bien —mencionó en un tono burlón. Jimin le dio la razón.

Taehyung ya no dijo nada, su madre también apoyo a su hermana y terminó siendo sermoneado. Su madre adoraba a Hoseok y no dejaba de recalcar lo feliz que le hacía la noticia.

—Algún día tenía que hacerlo, es un hombre ya mayor apuntó de cumplir los treinta y tres años, no puede seguir soltero a esa edad. Ya sea que se case con un hombre o una mujer, sólo quiero su felicidad. Él es la razón por la que mi hijo está aquí conmigo de nuevo —la mujer sonrió y palmo la espalda de su hijo—. No te enojes con él y si estás de verdad agradecido, dile que tiene todo tu apoyo, asegurale que no pasa nada si no puedes asistir a la boda y que no te enojaras. Por ahora es mejor que Jimin y yo nos vayamos, tienes muchas cosas de que hablar con tu esposo.

La señora Kim se despidio de su hijo, cuando la comida se había terminado, Jimin lo abrazo y le dio un beso en la mejilla, aseguró mantenerse en contacto y que vendría a visitarlo de forma seguida, pues su casa quedaba fuera de los límites donde Taehyung podría transitar.

Por la noche, cuando Taehyung intentaba dormir en una cama, que no era la fría y dura, que había usado en su celda, se sintió incómodo. Aún dudando en cómo seguir con su vida siendo un ex reo.

No había hablado nada con Jungkook, aunque lo intentó. Harto de su insomino se levantó de la cama y salió a la cocina, había visto, por la tarde, unas cervezas en el refrigerador. Se sorprendió cuando vio a Jungkook ahí, en medio de la sala y la oscuridad de la noche, tomando vino.

—Tampoco puedes dormir —aseguró, llevando su copa a la boca y bebió—. Supongo que me odias por haberte abandonado todo este tiempo, creeme que lo intente, pero fue muy difícil para mi, de un día a otro, mi esposo se volvió un asesino.

Taehyung caminó hasta él, le arrebato la copa de vino y la puso en la mesa de centro. Jungkook lo miraba intensamente, tenía los mismos ojos negros e intensos, no había cambiado, tenía el cabello un poco más oscuro y largo, pero seguía siendo el mismo chico del que se había enamorado. Entonces sólo lo beso, con fuerza, atrayendolo mientras jalaba su cabello, Jungkook no lo empujó, acepto el beso feroz y lo correspondió, mientras se quitaban la ropa.

No hubo palabras, sólo una lucha salvaje, tratando de dominar al otro durante el sexo.

No me des la espaldaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora