El último adiós.

Mi despedida.

Querido Luke.

Tenias mi corazón y mis sueños en tus manos, te los llevaste todos cuando partiste, cada día tu ausencia es más grande.

Apareciste en mi vida como un tornado, tan rápido como apareciste, te fuiste, te llevaste mi alma. Sigo aquí para cumplir mi promesa, te dije que iba a estar bien, que iba a ser fuerte,
que no iría a correr a buscarte, no sabía que te ibas a ir para siempre, Luke.

Se que me oyes, que me ves, se que te duele tanto como a mi, tu más que nadie sabes todo lo que he sufrido, sabes que tengo que dejarte ir, ya han pasado años desde que te fuiste, quisiera decir que el boulevard está bien, pero no.

Cuando moriste el boulevard también lo hizo.

Hoy visito tu tumba por última vez, puedo sentir tus manos frías secando mis lágrimas, siento tu calor por todo mi cuerpo, se que me ves, que sufres, tengo que dejarte ir, mereces ser feliz.

Quisiera ver tus ojos por última vez, que me digas que tenemos los mismos ojos, sentir tu respiración cerca de mi, tus abrazos que no tienen reemplazo, escuchar tu voz, que me digas que me amas, escucharte cantar a todo pulmón, jugar con el aro de tu boca, que sonrías cuando lo haga, esa sonrisa que hace que me derrita, bailar wonderwall contigo, tocar tu piel, sanar tus heridas, desearía tocar tu pecho...

Y sentir tu corazón latir tan rápido como el mío.

Cuando me dijeron que no pudiste, que te rendiste, sentí que caí por un acantilado, ¿recuerdas cuando saltamos de uno?, se sintió parecido, solo que no había una cuerda que me salvara, y terminé cayendo.

"Caería primero por ti para bloquear tu dolor."

Dijiste que siempre estarías ahí para bloquear mi dolor, desearía que hubieras estado cuando vi tu imagen sin vida bajando a un hoyo de tierra, en ese momento caí, y tu no estuviste para bloquear mi dolor, tenía que ser yo sola la que se levantara, yo sola la que luchara por seguir, por cumplir la promesa que te hice.

Te dije que iba a vivir un año sin ti, lo hice, viviría mil vidas si es necesario, solo por volver a verte, se que nos reencontráremos.

El destino nos unió tan rápido como nos alejó.
Pero el destino nunca me ha importado.
Yo iré.
Te buscaré
Haré mi propia cuerda para no caer del acantilado.
Pero tu serás quien sostenga la cuerda.
Pero para eso tienes que saber que tendré que dejarte ir.
Esperaré mil vidas por ti.
Solo déjame sanar mis heridas.
Escalaré esa cuerda hasta llegar a ti.
Lo prometo.
Y aunque tenga que esperar mil vidas, lo haría con gusto solo para crear nuestra tormenta eléctrica y celeste, formando así, el final de nuestros sueños rotos.

Adiós, Pushi.

Hasley Weigel.