Ślepa nienawiść

Prologo

1980

Después de más de 20 años era libre por segunda vez.

O bueno... algo así.

Después que el tercer Reich cayo paso mi territorio a manos de URSS, quien se mostró comprensible a pesar de que apoyo a Reich en su invasión a mi territorio, podría pasarlo...

A pesar de que su economía era pobre y mi gente pasaba a veces hambre estaba bien, digo cualquier cosa es mejor que ir a los campos de concentración.

URSS me comenzó a agradar cuando escuchaba sus opiniones de diversos temas, a pesar de que insistía en que su región no adoraba a ningún dios, el ver cómo la gente a veces iba a sus iglesias descuidadas y sus oraciones islámicas no dije nada.

Supongo que es algo que prefiere ocultar tal vez.

Me gustaba de lo que pensaba de la plaga de la época, los homosexuales, le gustaba que les llamáramos enfermos mentales, lo cual lo eran y era el vínculo más cercano que teníamos.

Odiar y repudiar a lengua seca lo asquerosos que eran.

Él decía que se encargaba de ellos en una correccional, nunca supe cómo le hacía para que ya no fueran igual de retorcidos mentalmente, pero al final del día me daba un cierto escalofrió de ver esos lugares, juraba que cuando pasaba cerca se escuchaban gritos.

Me gustaba como era, no era como lo conocí cuando Reich hizo su pacto de no agresión.

Lo mejor de todo es que se ocupaba de castigar al hijo de Reich.

Esa pequeña escoria que de seguro saldría igual que su padre... siempre lo llevaba a una habitación para darle sus reprimendas ya que salía llorando.

Nunca... me di cuenta de lo que en realidad pasaba.

Todo ese odio en mi... me hizo ser indirectamente participe de algo que me arrepiento por mucho tiempo.