Doce.

7 2 0
                                    

Eras como la luna.
Tan misteriosa como ella.
Tan oscura.
Y a la vez tan luminosa.

Eras como la luna.
Una parte de ti siempre estuvo expuesta,
y la otra, en cambio,
totalmente oculta.

Tan solo el más grande astronauta pudo descubrirte y, aún así, no lo consiguió del todo.

Dejé de contar cuando iba por 100Donde viven las historias. Descúbrelo ahora