Arrebatada de su hogar y su familia. Alice Cromwell, una bruja oculta de la mirada humana, es transportada por razones misteriosas a un mundo lleno de magia y fantasía. Con la responsabilidad de cuidar a una niña pequeña sin ayuda en el camino de la...
«¿Jamás han pensado, en lo pasajero que se pueden volver los buenos momentos? Es decir, sentirse vivo y amado por unos cuantos minutos que parecen horas. Sentir el calor de un abrazo, la importancia de un adiós, ver el secreto del universo en unos simples ojos zafiro, mucho más allá de unas simples fórmulas y ecuaciones...»
«Llámenme cursi, empalagosa, pero no deben dejarse llevar por las primeras impresiones. Y créanme, se los digo en serio.»
«Tenía que volver con ellas, les había prometido que no tardaría en el taller y volvería a casa cuando menos se dieran cuenta. Los chocolates que le había prometido a Sofie se derritieran. Bella estará planeando su siguiente plan maligno hacia mi hermano, y los niños estarían siendo custodiados por Madam...»
«Lo que daría por estar junto a ellas en este momento...perdónenme, en serio lo siento. Simplemente no tome sus manos lo suficientemente rápido.»
La sangre fresca ser oprimida contra mi rostro me devolvió a la realidad, los ojos lunares de mi maestra brillaban más que nunca, sosteniendo mi rostro tembloroso después de presenciar la muerte de mis hermanas mayores frente a mis ojos.
No era justo. No pedimos esta guerra, ni siquiera quisimos involucrarnos en ella. Pero los humanos habían sido tan crueles que nos arrastraron a este problema, y ahora mis hermanas...
—Nuestro legado debe vivir, Alice—su voz aterciopelada me hizo temblar, ella siempre había tenido ese efecto en cada una de nosotras, su voz era tan suave y delicada, pero a la vez llena de misterios y verdades—. No podemos dejar que se desvanezca en el olvido, no así, por una estupida guerra. Debes vivir.
—Yo...yo todavía puedo pelear, solo...—tosí bruscamente sintiendo el humo del fuego y carne quemada invadir mis pulmones. Oprimí con más fuerza el trapo en mi hombro empañado de mi sangre— solo deme un poco más de tiempo, puedo recuperar energía y tratar de llamar a Henry...
—Ya no podemos pelear más, mi niña. No puedo seguír sacrificando las vidas de mis hijas, ya no queda más magia.
—No, no, no, no, por favor...
Sollocé sintiendo sus brazos rodearme protectoramente contra su pecho. Aspire profundamente el olor de su chal especial, a pesar del el olor a ceniza este no opacaba su dulce esencia que me traía tanta paz y me hacía olvidar que el mundo no era tan malo como parecía.
—Debes vivir, vive tu vida y cuenta nuestra historia con orgullo, jamás bajes la cabeza sumisa pues abran personas que envidiara y repudiaran tu presencia...Respira el aire a tu alrededor y siente la fuerza de las mayores en tu corazón...
Presionó mi frente con la suya, la serenidad invadió mi mente al revivir todo aquello que me hizo tan feliz. Solté el aire de mis pulmones, una lagrima rodó en mi mejilla, mire sus ojos iguales a la luna y seguí;
—Y cuando todo este en tu contra, la historia te va a marcar...pero esas marcas revelan...tu lugar.
Madam Jeninne sonrió y besó mi frente. Y abrazo al bulto oculto en una manta bajo mi brazo.
—Cuídala bien, Alice, se feliz y...—tomó mis hombros fuertemente— perdónanos.
Después todo se volvió oscuridad. La fuerza al ser empujada y ser encerrada en una caja me hizo entrar en pánico. Caí al más profundo de los sueños.
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Observarse al espejo fue como un flash. No podía verme, pero una extraña sensación de livianez invadía todo mi cuerpo, como si de una marioneta tratase.
¿Pero donde estaba él titiritero?
«Ah, mi amada encantadora y bella flor del mal, Verdaderamente eres la más hermosa de todas.»
La voz en el espejo era tan hipnótica igual a un llamado de sirena. El vidrio negro era frío, pero su interior vibraba bajo mis dedos.
ー Espejo, espejo en la pared, ¿quién es...?
—¿Quien eres?
ー Para ti, guiado por el Espejo de la Oscuridad, mientras tu corazón lo desee, toma la mano que refleja el espejo.»
Una mano se extendió. Sin saber de quien era, dudé. Pero el sentimiento de ser jalada era más fuerte. Debía tomarla, me estaban llamando.
«¿Pero quien?»
"Llamas que convierten incluso las estrellas en cenizas, Hielo que aprisiona incluso el tiempo Gran árbol que traga hasta el cielo No tengas miedo del poder de la oscuridad, Ven ahora, muestra tu poder."
