Celo

13 3 0
                                    

Me desperté sudando en plena madrugada. Mi celo estaba causando estragos. Me dolía. Había sido marcado, y estaba lejos de mi Alfa. Dolía. Dolía mucho.
Tomé el teléfono.
Lo voy a llamar -A lo sumo me va a tratar de loco, o de calentón, pero no puedo más- pensaba en voz alta.
Pero la pantalla se encendió llamando mi atención.
Atendí.
-No puedo m..más.. te necesi...to..- Jadeaba de dolor, lo podía sentir, mi Alfa me necesitaba como yo a él. Mi lobo lo llamaba.
-Ahi te mando mi ubicación. Puedes manejar.? O voy yo a tu.. casa?- Sentí un dolor en mi vientre.

-Dame tu ubicación- Dijo de manera cortante.

Colgué la llamada y le envié mi ubicación. Que clase de persona le dice donde vive a un extraño..? Pues yo. Después de todo extraño o no. Era mi Alfa. No por mucho. Pero mi lobo jamás lo entendería.

Donde está?  Porqué no llega? Lo necesito.

Ya lobo calentón. Dijo que ya venía.

No tendrías que dejar que se aleje. Es nuestro Alfa. Le pertenecemos.

Yo no soy de nadie. Deberias aprender a controlar tus impulsos. No se que pasa contigo. Jamás te atrajo nadie y ahora mueres por ese Alfa idiota.

No te hagas... que te trae loco ese morocho.

Me sonrojé. Mi Omega tenía razón. No había motivos para discutirle la verdad.

Está aquí puedo sentirlo.

Ya. Ya. Cálmate. Todavía tengo que explicarle que lo hice venir para que apague mi celo. Y despues se vaya.
Pero cuando abrí la puerta y lo vi. Mi mente, cuerpo, Omega, razon, celo...... todo..... quedó paralizado... es lo más sexy que he visto en mi vida, estaba parado con la camisa a medio prender, su pelo mojado sobre su frente llena de sudor, jadeaba, probablemente el ascensor se demoró y subió corriendo por ls escaleras, sus ojos, me miraban y me deboraban, eran rojos. Su Alfa lo controlaba.
Entró casi de manera violenta.
Cerró la puerta y me levantó. Sujetandome en su cuello y rodeando su cintura con mis piernas.

Me besó apasionadamente, casi de manera desesperada. Y de reojo vio el sillón de mi living, y hacia allá se dirigió.
Se sentó quedando yo encima de él.
Era de los más exitante. Su olor era éxtasis. Ya no aguantaba más.
Y mis ojos se volvieron de un tono violeta.
Mi Omega se apoderó de mi.
Iba a ser una noche larga.......

Abrí mis ojitos.... el sol me daba en la cara, estaba en mi habitación, mire la hora y casi eran las 12. Mi pancita tenía hambre.
Quise moverme y me percaté que un brazo me sujetaba con fuerza.
Giré.. y lo vi......... por la Madre Luna... ese rostro era perfecto, sus facciones duras pero perfectas, verlo dormir era arte....
Entrecerre mis ojitos pensando que pasaba, y porque ese Alfa, compartía mi cama.

Su aroma es delicioso. Lo quiero de nuevo.
Ya cállate y explicame que está pasando. Y en ráfagas mi omega me mostró que habia pasado toda la noche cogiendo con ese Alfa sin parar. Quedé shockeado. Rojo como un tomate me salí despacito de la cama, pensando en todo lo que hicimos.

-Aaaaaaiiiihhsssss- dije casi como un susurro. Mi trasero dolía. Mi cuerpito dolía. Pues como no va a doler. Si me había entrado como yo le iba a entrar a la comida de mi refri en este momento. Sonreí con mi propio chiste. Me senté con cuidado y me dispuse a comer cuanta comida encontrara. Solo llevaba puesta una remera q cubría mi trasero. Asi vestía siempre en casa. Comodidad ante todo.

Sentí pasos de las escaleras. El destroza traseros habia despertado. Traia solo pantalón. Sexy pense. No dije nada. Tenía la boca llena. Le hice seña de si quería comer.
Acepto.
Comimos en silencio.
Mejor dicho tragamos, devoramos. La noche fue larga. Necesitabamos recuperar energías.

Ya llena mi pancita. -Y pudiste averiguar algo?- soy el as del coqueteo. Ni siquiera lo saludé. Todo era nuevo para mi.

-Mmmhhmmm- gruñó restregándose sus ojitos gatunos del sueño. -Algo, pero nada que nos sirva aún. Todo termina siendo doloroso-

Casi dejo caer las babas, pos si esta bien hermoso el idiota. -Mm preferiría no sufrir, en lo posible.... yo leí q si no vuelves a marcarme, se debilitará y con el tiempo desaparecerá. No es agradable, pero mientras encontramos solución quizás se vaya solita.- dije encogiéndome de hombros.
El hizo una mueca de aprobación.  Me fui al baño y me vestí. El entro después. Traia su ropa en la mano. Pues todo había quedado en el sillón de mi living.

Cruzamos dos o tres palabras más y cada uno salió, yo a mi trabajo. Y él vaya a saber donde.


Destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora