[[Lugetta]] Clases particulares [[One-Shot Lemmon Hard]]

Clases Particulares

Hey, hey, hey... Aquí de vuelta para el último fanfic dedicado que prometí. Esta vez un Lugetta muuuy sexy. Este fanfic va dedicado a @Eliiacv2, que espero que lo disfrutes si lees esto.

Aviso de que unos días después de que suba esto, pondré en mi muro de perfil como irá lo de las votaciones para que vosotros podáis elegir a quien queréis ver. Así que si lees esto y no me sigues, hazlo y así podrás estar al tanto. (SPAM Detected)

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*Narra Vegetta*

–¡Vegetta, Vegetta, Vegetta!– Gritaba Luzu a mi oído desde el otro lado del teléfono. "Por Dios, que pesadilla de chico".

–¡Qué, qué, qué!– Le contesté yo también gritando como él.

–¿Puedes venir a mi casa y volver a explicarme el temario que entraba al examen?– Me preguntó suplicante. 

Supongo que os estaréis preguntando qué demonios estaba pasando aquí. Resulta que por alguna razón que desconozco, Luzu tenía que examinarse en una prueba en la que entraba un apartado de matemáticas. Algo así como un examen general de cosas básicas. Pero resulta que al señorito Luzu no se le daban bien las matemáticas y el aquí presente señor Vegetta, tenía que ayudarle.

–¿Otra vez tengo que explicártelo? Buff chaval...Bueno, mejor ven esta tarde a mi casa que Willy no estará y podremos estudiar tranquilos. ¿Te parece bien?– Le pregunté un poco mosqueado.

–Ok, genial. Esta tarde me paso. Adiós Vegettoide.– Se despidió Luzu con tono burlón antes de colgar.

Madre mía, este chico me sacaba de quicio. Si ya era difícil estar una tarde o una noche con él para grabar un video –más aun si Willy también estaba–, imaginaos estar con él casi toda una  extenuante semana explicándole matemáticas. En fin, ese día antes era el previo al examen y por fin me podría deshacer de él, así que mejor calmarse un poco y seguir adelante.

La mañana pasó relativamente rápida ya que la rutina a seguir era siempre la misma: desayunar, grabar videos, comer con Willy, volver a grabar videos y, finalmente, dejarlos subir a YouTube.

Ya eran más o menos las 7:30 de la tarde –una hora relativamente tarde en Los Ángeles– y yo estaba preparando las hojas de cálculo, la calculadora y otros utensilios aparte esparcidos por la mesa para tenerlo todo preparado cuando llegara Luzu y así acabar lo antes posible. Mientras hacía esto, sentí que unas manos me rodeaban la cintura. Era Willy.

–Bueno, bueno, bueno...profesor Samuel De Luque, ¿preparándose para una nueva clase?– Me susurraba al oído sensualmente. Yo me giré lentamente para quedar en frente de él y le rodeé la cintura con mis brazos, mientras el contrario las  ponía alrededor de mi cuello.

–Hombre, señor Guillermo, ¿cómo usted por estos lares? ¿No tenía que irse?– Le susurraba yo a escasos centímetros de sus labios, pero lo suficiente separado como para ver como se sonrojaba.

–Por supuesto que tengo que irme, pero estaba pensando que, mientras vienen a recogerme, ¿por qué no acudir a una clase de mi profesor preferido?– Me preguntó casi retóricamente mirándome a los ojos con picardía.

–Entonces, ¿desea que le de una buena lección?– Pregunté antes de atraerlo más a mí para hacer rozar nuestros bajos ya rígidos. Él solo me ofreció una sonrisa de medio lado a modo de afirmación que entendí enseguida.

Y sin más dilación me abalancé sobre él y empecé a besarlo con pasión. Nuestras lenguas luchaban entre sí para ganar el control de la boca del otro. Mientras lo hacía, aprecié el sabor de algo dulce en su boca, un sabor que me parecía singular. ¿Fresa, quizás? Y entonces comprendí.