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Era un tres de diciembre, hacía mucho frío, pero pensé que no, así que salí de casa sin abrigarme, cosa de la que me arrepentí pasados los diez minutos de salir de mi casa. Llegué a la escuela temblando, con la nariz roja, tú me miraste y te reíste de mí. 
Estaba molesto, pero era agradable escucharte reír. 

Te quitaste tu sudadera negra y me la pusiste, diciendo que lucía mejor en mí. Y no sé si lo notaste o quizá pensaste que fue el frio, pero mi cara se puso roja, eso lo sentí. 

Luego solo me acompañaste hacia la primera clase, nunca sé si notas cuando te miro, pareces estar en tu propio mundo, y solo hay una cosa que te saca de allí. 

Tus ojos se iluminaron y apareció una sonrisa en tu rostro, una que yo no puedo sacarte, esa que solo aparece cuando lo ves a él, caminando a nuestro lado. Te separas de mi lado para ir hacia él, hipnotizado por su belleza... Mientras yo estoy muriendo. 

–¡Hey, Miguel! 

Pasé de largo e ignoré la escena, ensimismado como estabas con él, no me notaste irme. 


Desearía ser él... | Fanfic Treebros | Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora