Ya sea un genocidio, el robo más grande de la historia, un incendio, una estafa, un fracaso, un tropiezo, o una noche donde no me arrepienta de nada, o tal vez me arrepienta de todo. Sé que estarás ahí porque yo correré hacia ti en cada situación po...
Lo he dicho antes y lo vuelvo a decir en este momento, soy malo bebiendo. Olvidé mucho de lo que paso anoche, recuerdo que conocí a un chico interesante, y que acepté ir a su casa al salir de la fiesta... Mierda.
—Mis padres van a matarme. —dije casi en un susurro.
—Buenos días a ti también —Di un pequeño salto al escuchar la voz ronca proveniente de mi izquierda —, o "buenas tardes" en todo caso.
Miré hacia un costado y noté que aquél sujeto luchaba intentando ponerse una polera negra, decidiendo si debería ayudarlo o vestirme yo también. Un momento.
Al notar que yo tampoco estaba del todo vestido, me ruboricé al instante; me escondí bajo las sábanas, pero salí de inmediato al recordar que tampoco estaba en mi cama.
—¿Q-qué hice anoche? —dije cabizbajo.
—Dijiste que querías hacer un genocidio, así que saqué la gasolina que traía en el asiento trasero del auto e incendié el lugar donde los universitarios hacían una fiesta aburrida.
—Pero, no he perdido la virginidad, ¿no es así?
—Pobres jóvenes universitarios —exagerando un gesto de pena —, ni siquiera piensas en cuantas vidas arrebataste.
—¿Vidas?, lo único que hacen es malgastarlas en esas fiestas horribles.
—Hemos hecho un bien al mundo entonces —sonrió —. Por cierto, a menos que hayas hecho algo en la fiesta, todo sigue en su lugar, solo te quite la remera para que no durmieras con calor, eso es todo.
Suspiré aliviado.
—Pero, por otro lado —siguió —, son casi las cuatro, deberías llamar a tus padres, han estado llamando por horas.
Me levante de un salto, nunca había dormido tanto tiempo, ni tardado tanto en contestar, me apure a vestirme, acomode como pude el lugar donde dormí y me fui corriendo.
Corrí como pude hasta alguna esquina pero no reconocí ninguna calle, me estaba muriendo de hambre pero no tenía tiempo para comer, tenía que llegar lo más rápido posible, no quería preocupar a mis padres. Al pensar en eso, se me estrujo el corazón, no quería imaginar a mi mamá triste, o decepcionada de mí, después de todo, ni siquiera soy su verdadero hijo.
Cuando llegué a mi casa, mi madre abrió la puerta; me pegó en la mejilla con fuerza, y luego me abrazó.
—Lo siento mamá.
—Me tenías preocupada —dijo sollozando —, pasa.
Entré en mi casa y fui directo a la ducha.
Dormí en la casa de alguien que no conozco, borracho, por lo que no sé qué tan fiables sean sus palabras. Le creeré sobre no haberme puesto una mano encima... luego de comprobarlo yo mismo.
16:43 (Ray)
Estaba leyendo en mi cuarto, cuando empiezo a escuchar un zumbido. Quise ignorarlo, pensando que tal vez era una mosca o una abeja que se las arregló para meterse en mi habitación, pero al ver que no cesaba, cerré el libro y empecé a buscar el origen de éste.
Sé perfectamente que mi teléfono está en silencio, solamente activo el sonido cuando espero un mensaje importante, ocasiones que puedo contar con los dedos de una sola mano.
Revisé la habitación de arriba abajo pero el sonido seguía, y cuando estaba por irme a leer a la sala, veo una pila de ropa en una silla y me dirijo hacia allí. Definitivamente era de donde el sonido provenía, así que empecé a tirar todo lo que había para poder encontrar al objeto.
Reconocí el celular en el momento, pero tenía contraseña, por lo que no pude buscar su número o el de algún familiar suyo; pero el chico de anoche conocía mi casa, así que supuse que vendría en cualquier momento, incluso podría cruzármelo en la universidad si es que no era solo un colado en la fiesta de ayer.
Mientras apretaba el botón para dejar en silencio el aparato, entró una llamada. Podría simplemente ignorarla, pero al ver el nombre de contacto, me ganó la intriga y no pude evitar contestar.
—Hola, "Chica extraordinaria, clara como una nota musical" — ¿Qué clase de nombre es ese?, reí.
—Yo te conozco... —Reconocí su voz al instante.
—¿Emma? —¿Acaso el genocida estaba enamorado de esta chica?
—¡Ray!, ¿qué haces con el teléfono de Norman? ¿Ya son amigos? ¿Están saliendo? —dijo exaltada.
—¿Norman? ¿y ese quien es...? Ah —De repente todo lo que me pareció atractivo, e interesante en él se esfumó — ¿Tienes el número de su casa?, dejó su celular y no puedo contactarlo para devolvérselo.
—Dáselo en clases, está en la sala de al lado, aunque viene solo al turno tarde, creo que trabaja por las mañanas.
—Lo haré, a propósito, ¿cómo se conocieron ustedes dos? —Dije algo irritado.
—Es el que tiene mejores notas en todo el instituto, podría tener las mejores calificaciones del país de hecho.
—¿Te interesaste en él por eso?
—Bueno, en realidad lo vi usando un buzo con estampado de jirafa una vez y no pude evitar hablarle —Lo imaginé —. Bueno, nos vemos el Lunes chico emo.
—Nos vemos, rarita.
Corta la llamada, y dejo el celular en la mesa de luz, lo llevaré mañana, pero si no viene por él, no me veré obligado a devolvérselo.
