Ella

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Las decisiones.

Las decisiones, te marcan, marcan un destino que no puedes huir. Y entonces estaba ella. Jennifer Foster había sido crucificada frente a todos y su reputación estaba por el piso, pasó de ser la chica hermosa que todos querían ser o tener, a ser la chica que todos odiaban y otros les daba pena.

Lloró, esto sobrepasaba los límites. Y ni siquiera eran sus límites, eran los límites de su familia, su familia, sus padres estaban tan devastados, no por el video, si no por cómo ella había estado sufriendo por ello.

Sorbio su nariz, y lloró, su mamá pasaba su mano por su cabello.

—Te amo, cariño, y no se si quieres mi amor en este momento pero siempre lo tendrás.

—No lo merezco.

Susurraba y seguía llorando, Tessa no sabía que decir, o que más decir después de todo, ni siquiera había tenido tiempo de regañarla, su hija se veía tan rota que eso era lo último que pensaba.

—Jennifer.

Paso su mano por su cabello y tomó su cara cuando ella la miró, sus hermosos ojos verdes pasó a tenerlos rojizos a los lados.

—Eres mi hija, eres Jenifer Foster, la hermosa chica que siempre ha brillado, a la mierda el video, a la mierda él, a la mierda todo, siempre te he tratado como una reina, siempre, tu padre y yo lo hemos hecho, te daré esta noche, te daré esta noche para llorar, para destrozar te, te daré esta noche para que te desahogues, pero escuchame, escuchame muy bien.

>>Eres una chica inteligente, hermosa, sumamente lista y bastante noble y a la mierda lo que piense el resto, tu eres tu, él no es nadie, él no vale la pena, el amor es algo hermoso, el amor es... Mágico, y no hay nada más hermoso que amarte a ti mismo, eres una Diosa, eres una mujer maravillosa, y la mierda el resto. Eres mi hija y no mereces menos, no mereces y no tendrás menos.

>>Y él es menos, Jenifer. Tu eres más.

Jenifer asintió, la mirada de Tessa era realmente desafiante, dura y sincera.

>>Hoy permite sentirte mal y autocompasión, pero después no, después serás fuerte, serás la luz brillante que se necesita para seguir adelante.

Jennifer esa noche lloro, se desinflo y al día siguiente mirándose al espejo se dijo que no volvería a sentirse mal.

Dante ya estaba en su pasado, hoy marcaría su vida.

No espero mucho, a los 2 días compro un billete de avión hacia New York, entonces Dante apareció en su casa, gritando su nombre, pidiendo perdón, se arrodilló, todos los vecinos que pasaban se detenían a verlo, sus gritos eran de auxilio y de desesperación.

Dante odiaba el mundo, se odiaba a sí mismo, era como si estuviera perdiendo su sustento, su anclaje al mundo real, Dante la llamaba como si de eso dependiera su vida y nada más que la verdad había en eso, porque estaba perdiendo la, y algo en él decía que si, que ya la había perdido. Pero se aferraba a una pequeña esperanza

—¡JENNIFER, SAL MALDITA SEA! ¡JENNIFER! ¡Debemos hablar! ¡POR FAVOR, CARIÑO! ¡POR FAVOR!

Tessa y Bill lo sacaron e intentaron que se fuera, pero no, él seguía gritando hasta que la escucho.

—¿Qué quieres?

—Cariño, cariño —Intentaba llegar a ella pero las rejas estaban cerradas y ella estaba del otro lado —Ven por favor, necesito hablar contigo, necesito...

—Ahora no.

Su voz era tan dura, Jennifer tuvo que sacar todas sus fuerzas y no sabía para qué era exactamente si para tirar se le encima y decirle que estaba bien, que lo amaba que todo estaba bien o para golpearlo, pero en menos de 5 segundos lo entendió, ella no quería decirle que lo amaba aún y que estaba bien todo, que ella lo entendía porque a pesar de que ella lo entendía algo en ella estaba roto, estaba mal, y sabía que él no la iba a reparar después de todo él fue el que rompió eso y lo segundo era porque simplemente no quería dar batalla, había dado batalla ya 2 meses, 2 putos meses esperando que el se diera cuenta y lanzando le golpes que ahora, ahora solo quería descansar de todo y de todos.

—Cariño, por favor perdoname, fui un imbecil. Lo sé. Lo fui. Yo prometo no volver a herirte. Lo prometo.

—Vete a casa, Dante, necesitas descansar. Yo necesito descansar. Mis padres necesitan descansar de esto.

—Lo sé, y lo siento, prometo recompensar todo lo que he hecho —Su voz sonaba casi suplicando, como si de verdad lo sintiera, Jennifer no le creyó ni por un segundo.

—Vete, Dante.

—Voy a volver, voy a volver las veces que sean necesarias, Jen, voy a volver. Y volveremos a ser uno.

Jenifer se fue a horas de la tarde, una parte de Dante murió ese día.

Dante había hecho que los Foster incrementarán sus negocios, había dado unas disculpas públicas a los Foster, había hecho de todo para que no se hablara mal de Jenifer, pero eso no hizo que ella volviera, la busco, lo hizo, pero supo que tenía que dejarla ser feliz, que lo único que podía hacer para deshacer el error era dejar lo suyo en un recuerdo.

Los años pasaron, Dante siguió su vida. Y suponia que ella también lo había hecho.

Tessa y Bill Foster apenas podían tolerarlo, podían estar en una misma habitación pero no más de unos minutos.

Había hecho de todo para conseguir su perdón pero ellos habían hecho un pequeño muro, bastante duro, y Dante no hizo más que respetarlo.

Pero era su pueblo después de todo, Jenifer tendría que volver y así estuviera viejo, la volvería a tener o al menos ir a una cena, después de todo, se la debía.

Bésame Sin Sentir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora