1. ¿Me conoces?

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Dante había comprado la pintura, no le importo gastar lo que costaba pero amo y aprecio cada instante admirandola. Era ella. Más madura claramente, su cabello estaba corto. Por los hombros. No se pudo aguantas más, era demasiado, simplemente demasiado. Busco un investigador privado y llamó a todos sus contactos, pronto tuvo la vida de Jen en sus manos otra vez, Jennifer Forces, hija única, ojos azules se encuentra en Iceland, en un viaje con sus amigos. Dante no lo pensó mucho, tampoco fue difícil tomar la decisión, de pronto sintió que Iceland sería su lugar también pero necesitaba un plan, una estrategia. Mover hilos se le hacia fácil, pudo ir con Dom pero no lo molestaría.

En todo ese viaje pensó en cuando la conoció.

Jen era la chica hermosa del colegio, ojos claros, casi podías mirar el cielo cuando la mirabas. Ella lo saludo primero, dijo su nombre y ambos parecieron amigos de toda la vida después de eso. Almuerzos juntos, risas cómplices, parecían una pareja de novios y eso fueron con el tiempo. Pensar en eso le hizo remover todo.

Extrañaba a Jen como nadie podía entenderlo, y lloro en el baño mientras pensaba que era lo mejor, pero no era lo mejor para ella, era lo mejor para él. Ella le dijo que era egoista, cruel y un desalmado, él no creía eso pero haría lo que fuera para que así tuviera pruebas reales de lo que él era.

El lloro cuando tenía 17 y Jen estuvo ahí. Sosteniendo su mano ¿Donde estaba Jen? ¿Por qué no sostenía su mano?

Eric fue con él, bajo el pretexto de que quería invertir en ese lugar paradisíaco, ambos iban bajo ese pretexto pero ninguno decía nada.

-Entonces, ese es el plan. Mira que creo que la venezolana tiene razón, la única forma de que obtengas su perdón es pidiéndolo.

Él negó. Por más que quisiera no lo haría, tenía que saber de su propia boca que ya no lo odiaba. Lo del perdón era fácil, ahora pedir que no lo odie era lo difícil.

Decían que un corazón roto pasaba por un duelo, para volver a amar. El parecía nunca salir de su duelo, pero ella estaba viva, podría recuperarla.

La recuperaría, al menos su perdón ¿no? Al menos podría recuperar una parte y ya podría verla sin necesidad de sentirse avergonzado.

Islandia era hermoso, un pequeño paraíso, un hermoso paraíso. Llegaron a finales de abril y se alojaron en el hotel que ella dirigía. Todo bajo el seudónimo de que era Eric Flemming y compañía, el personal del hotel los recibió gustoso y la vio. Parada en la recepción hablando con algunas chicas, ella estaba preciosa. Ella no lo miró, Jen no sabía que él estaba en ese lugar.

Jen había decidido que no recibiría a las personas de alto calibre que visitaban el hotel y se hospedarian en él, ella desde siempre hacía dicha acción, sin embargo saber que Eric, el mejor amigo de su ex, era él que se hospedaba, no le dio ganas y le dijo a Silvia que los recibiría, habló con las recepcionista, recordándoles que protocolos usar y entro al ascensor para subir al área administrativa. Pero en ese segundo, en ese pequeño segundo que dio al número 2 estaba al frente de ella la persona que la había hecho sufrir, la persona que había hecho que su corazón se negaba salir, 8 años y 40 días, 8 años y 40 dias, y aún seguía jodiendola. Ella se negó a ver los partidos de él o leer cualquier noticia que albergará su nombre, pero en la mitad de la recepción estaba él, la miraba fijamente, y dio un paso hasta ella y ella intuitivamente fue hacia atrás, el ascensor se cerró y pudo soltar el aire retenido.

¿Porque? Se regaño a sí misma. No, no podía sentir nada por él, ya no, ya no había nada, ella estaba feliz, tenía un trabajo hermoso, un bebé hermoso a su lado y una vida envidiable. Ahora no quería ir a la oficina, subió a su suite y abrió tan rápido como pudo, vio a Luisa fruncir el ceño, ya que ella nunca iba a esa hora, normalmente era cada 3 horas que subía y no había pasado ni la primera. Taylor estaba acostado, donde lo dejó dormido. Tenía apenas 3 años y lo había adoptado hacia unos meses. Sonrio y pasó su mano por su cabello.

Bésame Sin Sentir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora