Prólogo Prt.1 "Código Carmesí"

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- D-diablos...

Dijo la chica de piel roja, tratando de mover escombros de lo que antes era un huerto, ahora nada más siendo un manojo de hierbas y vegetales aplastados.

- ¿Que les pasa en la ciudad estos días?...no importa, mejor me encargo de mover esto antes de que me quede sin luz...

Dijo la chica poniéndose de rodillas y colocando sus manos debajo del pedazo de concreto más grande.

- Muy bien, aquí vamos!

Con algo de esfuerzo lo levanto, llevándolo a una pila de otros pedazos del mismo material, junto con cristales y barras de hierro todavía unidas a concreto, dejo salir un suspiro para después regresar a su huerto, agachándose para ver si había algún reparo o alguna planta se podrá salvar.

- Carajo...va a ser difícil...y el invierno ya casi se acerca...al menos no todo se perdió, un par de patatas siguen en buen estado, además de unas cuantas zanahorias que tengo en la alacena

Ella recogió las pocas patatas que quedaban, poniéndose de pie y mirando con algo de tristeza su huerto, ella regreso a su hogar, una vieja casa que parecía falta de mantenimiento, con cables y tuberías sobresaliendo de uno de los costados

- Una vez deje esto, tengo que revisar el transformador, ver qué todavía tenga energía suficiente para aguantar hasta fin de mes...

Dijo entrando a su hogar,  dirigiéndose a su rústica cocina, donde debajo de la mesa, saco un par de cajas de madera, una de estas conteniendo patatas y estando casi vacía. La chica colocó los pocos tubérculos supervivientes en esa caja y la volvió a poner debajo de la mesa, ahora revisando la segunda caja, el contenido de está siendo latas de comida.

- 2...5...9...14...bien, si lo raciono, esto podrá durar al menos hasta el final del invierno...mierda...

Dijo la chica, dejando caer su cabeza en las latas de comida, soltando un leve suspiro de frustración.

- Vamos chica...ya has pasado por peores, podrás salir de esta!

Se dijo a si misma, tratando de animarse a si misma mientras volvía a poner la caja debajo de la mesa y volvía a salir de su hogar.
De camino a un pequeño edificio de madera, ella saca un lápiz y una pequeña libreta.

- Okay, con esto ya tenemos casi todo listo solo faltaría darle una revisión rápida al transformador y listo!

Dijo la chica, tachando dos anotaciones de su lista, llegando a la pequeña estructura de madera, está teniendo una puerta muy simple, junto con cables que sobresalían de por debajo de una de las paredes. La chica abrió la puerta para encontrar se con un transformador conectado a un cristal de color carmesí, dentro de este, una tenue luz emanaba muy débilmente.

- Hoy no es mi día...

Dijo mientras soltaba un leve quejido, quitando el cristal que se deshizo en su mano, la máquina se detuvo segundos después de eso, dejando su hogar sin energía. Ella se quitó sus guantes y los coloco en su bolsillo, juntando sus manos mientras cerraba los ojos, ella separó sus manos, creando otro cristal similar, este con brillando de manera más intensa que la anterior. La chica callo sobre sus rodillas, exhausta y con una respiración agitada.

- Okay... okay... Este si debería durar hasta el final del invierno... por favor... Que dure...

La chica se reincorporo, para colocar el cristal en su sitio, haciendo que el transformador volviera a funcionar, devolviendo la luz a su hogar. Ella se dio vuelta, cerrando el pequeño cobertizo, caminado de vuelta a su hogar, una vez dentro, ella se desplomó en su viejo sofá, tomando el control de su televisor para encenderlo, viendo que tenía sintonizado el canal de noticias, donde un reportero estaba a mitad de nota.

- Y con este, se cuentan ya 6 muertos bajo las mismas circunstancias y con el mismo método, todos estando relacionados con el tráfico humano, algunos conspiranoicos dicen que puede ser la llamada "La mancha roja", dada la forma en la que dichos criminales mueren, ya que-

La chica apagó el televisor y dejo el control en el sofá nuevamente.

- Siempre es el ¿no? La próxima vez solo digan que fue algún loco y ya...

Dijo mientras cerraba los ojos, cayendo en un sueño profundo debido al cansancio.

Próximo capítulo

Prólogo Prt. 2 "Codigo zafiro"

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