Rantaro x Wakiya

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– Oye eso es una falta de respeto – habló mientras se metía su paleta a la boca. Y veía como el otro solo tiraba basura – mi mamá dice que los niños que son groseros no les trae nada Santa Claus – dijo mientras lo señalaba

– ¿Disculpa? ¿Quien eres tú para hablarme así? – pregunto aquel niño que lo miraba fijamente trás haber tirado basura

– Soy... No sé, pero se que estas haciendo algo malo y le prometí a mi mamá cuidarte porque tampoco se que quien eres – le respondió al momento de acercarse a él para sacar un pañuelo y limpiarle su cara – tienes tu cara llena de helado y eso no es bueno

– Aléjate de mí, no te conozco para que me estés tocando – le empujó para hacer una mueca

– Soy Rantaro tengo ocho años y al parecer mi mamá conoce a la tuya que nos dejaron aquí en el parque para jugar mientras ellas platican – explicó pensativo – así fue como mi mamá y la tuya me pidieron que cuidará de tí – sonrió

– No necesito que nadie me cuide yo puedo solo – contestó dando media vuelta para irse de ahí. Cuando giro tropezó debido a que sus cordones estaban sueltos – ¡auch! – se quejó cuando cayó de cara. Rantaro corrió para ayudarlo

– Tranquilo yo te ayudaré – lo ayudó a ponerse de pie para atarle los cordones y ponerle una curita en su rodilla lastimada y limpiarlo de la ropa – ¡listo! Y... ¿Como te llamas?

– Mi nombre es Wakiya y tengo seis años – hizo una reverencia formal – mucho gusto

– ¿Y por qué la reverencia?

– Mi mamá dice que cada vez que me presente tengo que ser educado y también fue porque me ayudaste hace poco – dijo tranquilo para acercarse al mayor y tomarle las manos – gracias

– ¿Eh? Y-yo no hice gran cosa – habló nervioso por repentino acercamiento del menor. Wakiya se acercó a él para darle un beso en la mejilla cosa que Rantaro se puso rojo – ¿P-Porque? – pregunto nervioso

– Siempre tengo que agradecer a mis mayores por cuidarme y perdón por ser grosero contigo pero no te conocía. Eres lindo Rantaro y espero verte más seguido – le sonrió aparentando sus manos junto a las de él. Rantaro se relajó y lo vio para sonreírle

– Jamás se me va olvidar tu nombre Wakiya para poder ser amigos más adelante y poder jugar juntos. Te daré este carrito azul que compre hace poco, es para que me lo intercambies con otro que tengas la próxima vez que nos veamos ¿Que dices? – saco el pequeño carrito de su bolso para ponerlo en las pequeñas manos de Wakiya

– ¡Siiii! Lo cuidare y te daré uno mejor – sonrió entusiasmado

– Hijo Rantaro, es hora de irnos despidete – habló su madre que lo esperaba

– Hasta la próxima Wakiya – le sonrió para correr junto a su madre – te esperaré

– Yo también lo haré – se despidió sosteniendo el carrito con fuerza para correr junto a su mamá e irse a casa

Wakiya y Rantaro no sabían que ese sería su primer encuentro de mucho tiempo, pero no el último. Los años habían pasado tan rápido que ambos perdían los recuerdos de esa vez que se conocieron. Wakiya con 16 años y Rantaro de 18. El menor entrando a la preparatoria y el otro ya casí para graduarse y es ahí cuando el destino decidió juntarlos ya que sus vidas pasadas eran reencarnaciones de una pareja que no logró estar juntos pero en ellos lo estarán para sellar sus cuerpos y almas

Wakiya ya salió deprisa corriendo para llegar a la escuela ya que era su primer día, aunque que no era tarde a él no le gustaba la impuntualidad. Al llegar soltó todo el aire para calmar su agitación y encontrarse con su amigo Daigo

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⏰ Última actualización: Jan 24, 2021 ⏰

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