Elizabeth no es muy positiva respecto a su nuevo comienzo. Sus prejuicios abundan respecto al colegio al que asistirá, y teme que sus problemas familiares repercutan en su capacidad de conocer personas nuevas. Sus sentimientos son fuertes, porque sabe entregar su corazón: pero las circunstancias de la vida la han herido antes, y aunque eso pueda parecer una buena razón para empezar de nuevo, no es suficiente.
Ella escribe, y gracias a esto conoce una página manejada por tres chicos: Sol, April, y Adam. Junto a ellos, y algunos amigos de su colegio, recorrerá los altibajos usuales de la vida adolescente, enfrentando sus reservas emocionales y los miedos que arrastra desde su infancia.
Tenemos una gran introducción del personaje que nos hace empatizar con ella y querer acompañarla durante toda la historia. Elizabeth es una chica en la que, como lectores, podemos confiar. Es una narradora fiable, aunque tiene la tendencia de acaparar las situaciones y torcer el punto de vista para condicionarnos. Me hubiera gustado conocer un poco más de su entorno, y no solo lo que ella conoce de él.
Los capítulos tienen el largo perfecto para enganchar al lector, y su narración es rápida, lo que permite al lector devorarla. Queriendo saber más en todo momento y sintiendo un gran vacío al terminarla, solo por el simple hecho de haberse acabado. La autora tiene un magnetismo que enamora. Espero leer más de ella pronto.
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La sinopsis promete una historia emocionante, llena de altibajos, desde la línea uno. Las palabras fluyen como un caudal y sabes que muy probablemente te gustará el contenido. Entras para leer y apreciar la pluma, y te encuentras con una sorpresa.
