Amor opuesto (PAUSADA)

03.- Momobami

En una ventana de una mansión miraba perdidamente una albina, le gustaba el paisaje su aroma  todo lo que provenía de el, sabia que no podía salir de esa enorme mansión por ordenes estrictas y aun así violaba las reglas, cada noche se escabullía por el balcón de su habitación y preparaba una escalera con su ropa para perder ser libre, iba al lago que era tan calmado, tan silencioso y sobre todo era natural se quedaba horas acostada en el pasto sin importarle que se manchase para ella era un sacrificio que le gustaba hacer, miraba las estrellas, esas estrellas que llenaban por completo aquel cielo oscuro, encantada de contar cada una de ellas, descubriendo mas constelaciones entre otras cosas, eso era lo único que la hacia ver feliz, su vida había sido un infierno, encerrada sin poder interactuar con otras personas que no sean los sirvientes o su propia hermana aunque con esta casi no hablaba, siempre trataba de entablar una conversación pero esta solo respondía fríamente a ella mientras acomodaba unos papeles, per aun así no se daba por vencida, quería mucho que tuvieran una buena relacion con ella no le importaba que esta la humillara diez mil veces ella seguía adelante con su sonrisa que no se le veía por esa mascara que desde chica la obligaron tener, nadie sabia cual era su verdadero rostro ni el porque se ponía esa mascara teatral, tampoco era para preguntar ya que si uno de estos preguntaba a una de esas dos chicas de inmediato lo corrieran,  era injusto pero aun así no podía evitar su despido, el tiempo pasaba muy rápido ahí y sin darse cuenta ella ya tenia 21 años, 21 años encerrada era mucho tiempo, y aun si le encontraba lo bueno de ella, puesto a que las protegía del mundo y estaban muy seguras en aquel lugar tampoco nadie les respondía esa pregunta porque no podemos salir? pregunta que se volvió un tormento con el pasar de los años, como es posible que esta chica siga sonriendo sin importar nada, no se como le hizo todo era para que llorase, porque bueno si yo tuviera que vivir encerrada sin tener con quien hablar ni con mi propia hermana y que le obligaran a ponerse esa mascara no era para sonreír yo me hubiera echado a llorar y sin hablar de aquella hermana que le quitaba todo lo que ella quería, los juegos, las sirvientas, todo era de Ririka y su hermana llegaba a arrebatárselo eso era muy injusto todavía no se como lo hacia ver tan positivamente pero aquí esta la respuesta ella quería a su hermana era lo único que tenia y la quería hacer feliz apostando su felicidad pero así eran las cosas que se le puede hacer, sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz que ella conocía perfectamente.

- sigues mirando esa ventana, porque te gusta mirar en ella? digo solo es un paisaje y ya gran cosa hablo la mujer sentada en su escritorio tomando un te el cual la relajaba de todo mientras miraba a su hermana un tanto curiosa por su respuesta.

  - no solo es un paisaje hermana, es un mundo que no conozco, es el pasto verde, el lago tan calmado que dan ganas de quedarte allí, como sus animales que son impresionantes como puede sobrevivir todo es asombroso, es mágico y sobre todo es el lugar en donde no puedo ir - le respondió calmada y por supuesto ilusionada de hablar de ese lugar que estaba en sus pensamientos todos los días.

-  que va yo solo veo pasto sucio, un lago en el cual te puedes ahogar y animales salvajes que si te ven te hechas a corres. dijo la mencionada dándole un sorbo a su te con cierta diversión en su rostro que lo hacia solo para molestar a su querida hermana que mas podía hacer en aquel lugar.

- tu piensan eso pero yo no, cambiando el tema a que mandaste al mayordomo si es que se puede saber?, en la mañana vi como lo mandaste al pueblo pero de allí ya no supe mas mostrando un poco de nervios por la pregunta hacia la presente pero firme para que no se diera cuenta.

- acaso no te lo dije?, jaja claro estaba tan ocupada que se me olvido, te acuerdas que despedimos a nuestras sirvientas la semana pasada por andar de metiches en nuestras cosas, pues ahora mande al mayordomo en busca de alguien para sustituir sus puestos - di un sorbo mas a mi taza y decidí retirarme, hablar con mi hermana no me agrada y no porque la odie si no que no me siento cómoda hablando con ella sin importar el tema de conversación simplemente es muy incomodo hablar con alguien con quien nunca he convivido y mas si esa persona es idéntica a mi a pesar de que este con esa mascara.

- todavía no estoy de acuerdo con el hecho de contratar a mas persona no tiene sentido si al final las vamos a correr que chiste tiene, como siempre nunca me escucha vi como ella se retiro sin prestar ni un poco de interés en mis palabras, me quede sola otra vez en su oficina suspirando por el hecho de que mi hermana piense así sonreí triste por su modo de pensar pero que puedo hacer ella sigue haciendo lo que quiera al final sin importar las consecuencias, volví a la ventana para volver a ver ese paisaje que roba todo mi tiempo y uno de mis pasatiempos favoritos que no lo cambiaria por nada pero al mirar fijarme vi a dos chicas en el suponía que solo paseaban cosa que no era cierta, no paseaban venían directamente aquí, me acorde de lo que dijo mi hermana ella deben ser las nuevas empleadas que mas da otra vez convivir con personas que no conozco pero al mismo tiempo me alegraba, que haya personas aquí me es reconfortante no estaré tan sola después de todo.

Observe como se acercaban lentamente mientras charlaban no supe cuando paso ni mucho menos como, pero al verlas mas cerca mi corazón se aceleraba, mis manos sudaban y pude notar un leve temblor en ellas y no por el nerviosismo de conocer nuevos rostros era por ella una chica de coletas su pelo era rubio sus ojos color ámbar que me daban un cierto escalofrió que recorría tono mi cuerpo, de un momento a otro me costaba respirar tenia que respirar hondo para controlarme nunca había visto a alguien así? o talvez nunca me había fijado en alguien de esa manera? eran esas preguntas que rondaban en mi cabeza.