Era algo gracioso como hace unos minutos no podían dejar de tocarse y ahora sólo yacían juntos mientras se observaban a los ojos con una sonrisa que podría calificarse como demasiado cursi. Las manos de Jungkook acarician suavemente el rostro de su muy sonrojado y risueño novio, quién sólo se apoya en su toque con los ojos cerrados, suspirando satisfecho con esa pequeña caricia.
Jungkook se está derritiendo en ese momento, su pecho se oprime bajo la dulce imagen y jura que se pondría a llorar en ese momento si no fuera por la mirada que Hoseok le ofrece una vez le deja ver esos preciosos orbes avellanas, cálidos y suaves que son suficientes para expresar lo mucho que lo ama ahora y cuánto podría hacerlo dentro de unos años más.
Tal vez estando viejos, sosteniendo sus manos arrugadas mientras observan el sol ponerse y para cuando la luna lo reemplace ambos se dirán te amo de nuevo y una vez más a la hora de dormir.
Y, sí, diablos, él realmente pensaba que podría establecer permanentemente en su futuro a un Hoseok ordenado, bromista y optimista para alejar la monotonía de su vida. Lo dejaría entrar en su mundo como un rayo de luz que se cuela entre las cortinas de su habitación, avisandole que un día nuevo a comenzado y que al parecer, habrá buen clima. Dejaría que hiciera sus pequeños bailes de victoria cada vez que lo venza en un juego y que luego le diera pequeños besos como premio de consolación, sin saber que es aquello el trofeo que realmente importa en ese momento.
Y no importa si cada día hay demasiado ruido, música pegajosa llenando el espacio con la suave voz de Hoseok desde la cocina siguiendo la letra y con Mickey acurrucado a sus pies.
Porque no cambiaría ese instante de su vida por un día en su silencioso hogar, componiendo pistas que no tocan su corazón y que apenas lo hacen sentir vivo mientras observa aquellas paredes lúgubres preguntándose si es realmente ese su lugar en el mundo.
Puede que el tenga una casa, pero su hogar está en Hoseok, en cada beso, anécdota y abrazo, vive en las caricias sobre su cabello que le brinda cada vez que reposa su cabeza en el regazo de su novio mientras ambos se hayan en el sofá viendo una película a la cuál Jungkook no le está prestando tanta atención porque sus ojos no pueden dejar ir tan fácil al dueño de sus sueños.
Esta muy enamorado, muy, como decir que al fin se siente parte de algo más grande que el mismo mundo.
Como sí hubiese esperado cien años y su alma vieja hubiese encontrado el reposo que tanto le hacía falta.
Y ahora lo observa, no ha dejado de observarlo desde el día en que lo vió bailando en la estación de trenes junto a otros artistas callejeros que tocaban allí sus canciones: tan espontáneo, tan real y ¡tan hermoso!
Sí, su alma espero cien año y lo haría un millón más si eso es lo que asegura que verá una vez más ese color rosáceo abrazando aquellas abultadas mejillas, aunque realmente no le importa si Hoseok tiene la misma apariencia porque Jungkook está seguro de que él reconocería al amor de su vida sin importa la forma en que venga, vería su alma a través de sus ojos y regresaría su lado una y otra vez.
Sabe que él ahora está avergonzado, porque ha desviado la mirada, casi puede escuchar la pequeña queja que hace cada vez que se pierde en los pequeños detalles de su rostro.
"¡No hagas eso, Jungkookie!"
Sin embargo, no prestaría atención e intentaría verlo otra vez.
"Eres tan hermoso" susurra en ese momento para que sólo sea Hoseok quién lo escuche, bien, puede no importarle que el mundo entero lo escuche gritar aquello a los cuatro vientos. La cosa es que, ahora mismo no se trata de todas esas personas, sino de la única que tiene su corazón, es sobre ellos encerrados en su pequeño universo lleno de particularidades. "Tan hermoso, Hoseok" reitera, porque su pequeño novio aún duda de eso cada vez que lo asegura.
No se da cuenta de lo que hace esa adorable sonrisa nerviosa cada vez que le enseña algún paso nuevo que inventó o lo etéreo que se mira preparando algo tan simple como un café. No tiene conocimiento alguno de que fue esa mirada jovial lo que mantuvo su esperanza, un brillo que a pesar de los años sigue estando presente.
Piensa en ello e intenta plasmarlo en cada beso que cuidadosamente deja descansar sobre su piel desnuda.
Uno sobre su hombro que dice "Te quiero".
Otro sobre su pecho que susurra "Te adoro".
Uno más en su vientre que expresa "Estoy enamorado de ti".
Y finalmente cuando alcanza sus labios, dice "te ame, te amo ahora y no importa si te haces más gordito, más delgado o más viejo, te amaré incluso en ese momento".
Hay otro brillo en su mirada cuando dejan de besarse y dice "También te amo", sus frentes están unidas, todo parece como si fuera su primera vez juntos a pesar de llevar un par de años ya. Aún se pregunta ¿cómo es posible? bueno, parece que Hoseok tiene magia y es que cada día lo sorprende con algo nuevo, un talento, pensamiento o reflexión y ni siquiera se está esforzando para impresionarlo, es simplemente porque él es así, nunca sabes que cosas esperar de su parte y no le molesta en absoluto porque descubrir cada faceta nueva le hacen sentir como si lo conociera otra vez, de la misma forma en la que comenzó a hacerlo cuando se armó de valor y se ánimo a hablarle en el tren que ambos casualmente tomaban a las 5:00.
Y a pesar de dichas declaraciones, Hoseok nunca ha sido deshonesto y le entrega de él hasta sus pensamientos más feos, los mismo que él considera oscuros aún cuando sólo hacen ser más humano.
"El día que me miraste Hoseok, ese día comprendí el por qué había vivido todo esté tiempo" no sabe de dónde vienen todos esas palabras, pero tiene la necesidad de decirlas, quiere que Hoseok las escuche.
Jungkook no suele ser expresivo todo el tiempo y su novio siempre es paciente porque lo entiende y está bien con sólo tomar su mano mientras vuelven a casa a pesar de que no estén hablando.
Él derribo esa barrera que lo obliga a ponerse una máscara cada vez que conoce a alguien, Hoseok sólo tuvo que darle una mirada y toda esa armadura cayó y pudo respirar, tomar una larga bocanada de libertad y fluir.
Y desde ese momento se dejó llevar por el destino, dejo de cuestionar y soltó el freno de seguridad.
¿Se arrepentía? Ni un maldito segundo.
Ahora tenía una pequeña familia, un "buenos días" acompañado de besos por las mañanas y algunos "Por favor se cuidadoso" cada vez que salía de casa, detalles banales para muchos, pero que para Jungkook significaban que hay un lugar para él, un hogar al que desea volver cada noche para ser recibido entre un par de brazos delgados y firmes que serán capaces de alejar el frío de la noche.
¿Y era feliz?
Se lo cuestionó en el momento que Hoseok presionó un par de besos cariñosos sobre sus nudillos y luego se escondió contra su cuello en dónde perfectamente pudo sentir como sus labios se extendían en una sonrisa.
Y sólo pudo pensar: mucho más de lo que podría imaginar.
Y entre los muertos resucite.
Espero realmente les guste esté pequeño escrito.