La noche antes del amanecer

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En alguna ocasión me comentaron que soy muy valiente, especialmente al afrontar los problemas de la vida cotidiana, pero no siempre fue  así,  es aquí donde comienza esta historia en la que yo fui el protagonista.

Comenzó cuando tenía apenas 10 años, era un niño feliz, sin problemas, no conocía ningún tipo de mal en el mundo y parecía que me querían cerrar los ojos ante el mal de afuera, era una época feliz y lo que mas me encantaba de esa vida era viajar a diferentes lugares, pero el mejor viaje de todos era a un lugar alejado de la ciudad en la que solo había una casa de madera y lamina, con suelo de tierra, una gran parte de tierra llena de maíz en temporada de cosecha y con algunos animales como cerdos, caballos y algún que otro perro de la calle que llegó a vivir a ese lugar, frente a aquella casa solo había arboles y una gran bajada por la que, si no pisabas bien podrías resbalar y recibir heridas serias.

El lugar es un paraje hermoso claro que solo cuando es de día, nunca podría olvidar aquella decisión de quedarse en aquel lugar, uno creería que al haber tantos avances tecnológicos el lugar estaría bien iluminado, pero resulta todo lo contrario pues solo como iluminación se encuentra unas velas las cuales se apagan al dormir.

Y así la noche llegó, claro que aquella noche era de mucho viento y polvo golpeando el techo de lamina el cual no nos permite ver la luz de la luna y la estrellas en su resplendor nocturno, al inicio de la noche los demás comenzaban a dormir y yo me sentía preocupado, temeroso y lleno de dudas sobre si ese lugar era seguro, mis dudas crecieron mas al comenzar a escuchar un ruido extraño fuera del cuarto de madera, sin despertar a nadie decidí ir a ver, mi ojo se posiciono sobre un agujero en la puerta el cual lo único que atravesaba era una pesada cadena, la cual desplaza fuera del agujero para poder salir al patio lleno de tierra, iluminado por la luz de la luna, brillando con gran intensidad.

Al poco tiempo los sonidos se vuelven a hacer presentes, parecían como pisadas en hojas secas que desprenden los arboles al llegar el verano, al girar la cabeza para observar el origen de aquellos sonidos los cuales causan un frío interno que paraliza el cuerpo y al mirar en la oscuridad de los arboles grandes logro encontrar dos siluetas que se mueven de manera familiar, al acercarse a mi y a la luz de la luna se desvela la verdadera cara del misterio de aquellas dos sombras muy particulares, con un grito agudo aquellas dos sombras me sorprenden, helado y pálido me tumbo hacia el suelo con los ojos bien abiertos, aceptando el hecho de que fue una sola broma, por parte de dos personas familiares, las cuales se tomaron un tiempo para planear tan mas cruel engaño a un niño de 10 años. Con risas en el ambiente y un miedo aun dentro de mi, nos dispusimos a caminar de regreso al cuarto, ellas solo me empujaron adentro de la habitación y en ese momento aquellas dos personas se encontraban dentro de la habitación haciéndome una pregunta: ¿Que hacías afuera?.

Miedo a la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora