5 Kisses for Hyung's Day ⇢ Minsung

♡ three • kiss ♡

Luego de una pequeña pelea sobre qué ropa debía ponerse -Jisung alegaba que no podía andar por ahí vistiendo tan formal-, abandonaron el apartamento y se pusieron en marcha a la dichosa heladería, donde compraron dos conos grandes de sus sabores favoritos. Jisung hizo todo lo que estuvo en sus manos para convencer al mayor de dejarle pagar la cuenta, jugó sucio abultando su labio inferior y poniendo ojos de cachorrito.

Minho no podía con tanta ternura y no quería derretirse frente a la dependienta que esperaba que la tarjeta se le fuera concebida.

Al salir de allí, aún con los conos de helado en mano y degustando el delicioso sabor; se dirigieron a un parque donde se sentarían un rato más a charlar, viendo los niños jugar a la distancia y oyendo las hojas de los árboles bailar entre las corrientes de aire.

-Ven aquí. -Jisung palpó sus muslos en cuanto Minho soltó un suspiro, invitándolo a recostar su cabeza en su regazo. El mayor, como era de esperarse, lo dudó un poco.

-¿Seguro? Puedo quedarme dormido ahora mismo. -Jisung sonrió ligeramente, removiéndose un poco en su lugar para insistir.

-Está bien, no te preocupes. Sólo descansa.

Minho apoyó su cabeza en las piernas del menor, siendo recibido por sus pequeñas y suaves manos y su olor a vainilla.

Oh vaya, su olor a vainilla.

-El perfume te queda realmente bien. -Suspiró con una sonrisa, cerrando sus ojos y dejándose acariciar por el menor; sintiéndose en el mismo cielo.

-Ah, ¿El que me compraste? -Minho hizo un sonido con la garganta en confirmación-. Es maravilloso, ¿cierto?

-Lo es. Huele bastante bien.

Los árboles seguían meciéndose, la tierra seguía moviéndose y todo el mundo seguía viviendo; mas para Minho no hubo momento más perfecto que aquel en el que pudo relajar su cuerpo incluso estando fuera de casa, todo gracias a Jisung.

Luego de un rato, las caricias pararon su recorrido constante entre el cabello del mayor. El mismo se quedó en su lugar, pensando que Jisung se habría cansado, pero a los segundos sintió los suaves y esponjosos labios del menor recorrer su rostro en múltiples besitos, deteniéndose poco después para concentrarse en sus labios.

Minho, sedado por la magnífica sensación, llevó sus manos arriba para tomar los cabellos ondulados del menor para acercarlo más a él y besarlo con afán.

Dulce.

El tiempo parecía haberse detenido, ya no existía nada más que vivir sus momentos perfectos; y para ellos dos no había lugar para pensar en nada más que la persona que más amaban en el mundo.

Y vaya que se amaban.

Para cuando volvieron a casa, habían ido de compras un rato. Compraron varias cosas para la cena, y para el mayor fue muy predecible el hecho de que Jisung deseara preparar una cena romántica para ambos, haciendo desde luego su comida favorita.

-¿Estás seguro de llevar pepino? No lo soportas... -Minho preguntó con uno de los vegetales en la mano, mientras Jisung escogía los que notaba mejores y agregándolos a la cesta.

-Pero a ti te gusta, así que llevaré unos cuantos para completar los ingredientes.

Minho observó al menor elegir con entusiasmo los demás ingredientes, viéndose como un niño en una tienda de juguetes o como máximo una mujer en una tienda de ropa.

Un sentimiento cálido atravesó su pecho, era ese mismo sentimiento que le recordaba cuánto estaba enamorado de su pequeño Jisung, el mismo sentimiento que aparecía cada vez que lo observaba con detención.

Jisung estaba viendo los precios de algunas frutas en el mismo pasillo del supermercado, y no tardó en notar la presencia de Minho detrás de sí para cuando el mismo rodeó su cintura y apoyó su barbilla en su hombro.

-¿Podemos llevar más manzanas?

-¿Hmm? ¿Para qué? -Preguntó pegándose al pecho de Minho por instinto, observando las etiquetas de los tomates.

-A ti te gustan mucho, deberíamos llevar más. Además... -el mayor se apartó un poco para tomar más manzanas y agregarlas a la cesta con la mirada de Jisung sobre él-, podrás sustituir el pepino con ellas.